Micic y Larkin hacen un roto a la defensa del Barça en el Palau
Un Efes inspirado por el talento de sus dos bases corta la racha de victorias del equipo azugrana, que pierde su primer partido del año 2021.
Shane Larkin volvió a irse con aire triunfal del Palau. El base del Efes empieza a convertirse en la bestia negra del Barça, que muerde el polvo cada vez que el talentoso base de Cincinatti se cruza en su camino (86-88).
Pero a su exhibición, habitual ya frente a los azulgranas, se sumó la de Vasilije Micic, otro base de primera línea en Europa, y entre el acierto de ambos (45 de los 88 puntos de su equipo) y la excelente defensa del equipo turco, que forzó hasta 17 pérdidas de su rival, el equipo de Jasikevicius acabó por encajar la primera derrota del año 2021, poniendo así fin a una racha de 10 victorias, y sembrando algunas dudas en los azulgranas a pocos días de la Copa.
Desde hace un tiempo, el Efes se ha convertido en un equipo muy incómodo para el Barça. Casi en un dolor de muelas. No solo es por la presencia de alguien tan determinante como Larkin, uno de los mejores de la Euroliga, que tiene una impecable tarjeta contra los azulgrana (20,3 de media). Es también por el talento que atesora su perímetro, con figuras como Micic, Beaubois o Simon, todos de excelente manejo de balón y letales cara a canasta, muy difíciles de desconectar con un sistema.
Problemas en defensa
Cuando los porcentajes acompañan a los hombres de Ataman resultan letales. La defensa azulgrana que pasa por ser una de las mejores de la Euroliga, sufrió lo indecible para reducir los daños de una de las mejores líneas exteriores de Europa. Y no consiguió superar la prueba. Las estrellas de Efes supieron leer los partidos con inteligencia, jugar con mucha paciencia, sobre todo en ataque, y se desplegaron siempre con una enorme velocidad.
Micic estuvo a un nivel excelente (26 puntos, 5 asistencias, 30 de valoración). Y Larkin apareció también determinante en muchas fases. Pero otros como Singleton, de quien no se espera tanto, se vaciaron, con ese punto de resquemor que le da su condición de exbarcelonista.
En cuanto tapaba una vía de agua, le aparecía una nueva al Barça. Cada vez más presionados por el marcador, los jugadores de Jasikevicius fueron acelerados, acumularon demasiados balones perdidos y cedieron demasiados rebotes importantes, haciendo inútil el buen partido de Mirotic y el enorme despliegue físico al final, que solo les permitió que la derrota fuera mínima.