Al asalto de Pimec
La convocatoria de elecciones en Pimec, después de que su presidente, Josep González, acelerara su relevo, que estaba previsto para el verano de 2022, pasa a ser una gran oportunidad para el independentismo. Pese a que son el 23 de febrero, empresarios amparados por la Assemblea Nacional Catalana (ANC) han diseñado ya una candidatura. Deben aglutinar a 40 personas y conseguir 100 avales de socios individuales o colectivos antes del 12 de febrero. Pero si algo caracteriza al movimiento secesionista es su capacidad de movilización, como demostraron en su asalto (democrático) a la Cambra de Barcelona.
El fundador de Recam Làser y antiguo presidente de Pimec en el Vallès, Pere Barrios, encabeza este movimiento. Ya formó parte del que ganó la mayoría en las elecciones a la Cambra bajo el paraguas de la ANC. El actual secretario general de Pimec, Antoni Cañete, cuya trayectoria como número dos loa incluso su oponente, puede tener competencia. En todo caso, Cañete se ha apresurado a exhibir proyecto y apoyos frente a otros que, a su juicio, buscan «instrumentalizar» y politizar una entidad cuyo fin es defender los intereses de las pymes y autónomos.
El independentismo, que ha contado con la connivencia del Govern, sobre todo de JxCat, quiere emular la gesta de la Cambra. E incluso aspira a borrar del mapa a Foment del Treball, la otra gran patronal catalana. Nada nuevo. El hoy miembro de la lista electoral de JxCat Joan Canadell ya logró, como presidente de la Cambra, la complicidad del ‘president’ Quim Torra para garantizar por ley a las cámaras financiación pública y representatividad propia de los agentes sociales. Solo la ofensiva unitaria de Pimec, Foment, UGT y CCOO, y el apoyo implícito de ERC, dinamitó el intento. Ahora replican su estrategia de lluvia fina para impregnar las instituciones. Tras el chaparrón en la Cambra está por ver si también desatan una tempestad en Pimec o si, al final, todo se queda en cuatro gotas.
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