Impotencia

Àlex Díaz

PINEDA DE MAR

Hace varios días que nos enteramos de que estaría permitido saltarse el cierre municipal para ir a mítines políticos. En cambio, no se permitía para ir a actos culturales. La cultura hace tiempo que reclama que sea posible ir a otros municipios (a partir del día 8 podrán ser de la comarca) para asistir a actos culturales. Ahora bien, los bares podrán abrir una hora más. Ni una cosa ni la otra solucionan nada. Los bares, arruinados porque no pueden prácticamente abrir ni hacer cenas y la cultura también en la ruina, porque no está permitido cambiar de unidad territorial para ir a un espectáculo. Parece que se prioriza el derecho a tomar una cerveza a disfrutar de una obra de teatro. Qué vergüenza.

Por cierto, no sé por qué ponen horarios, si después vas por tu pueblo caminando (o por el municipio limítrofe) y ves a cuatro o cinco personas, a menudo gente adulta (no jóvenes) sentados en un banco tomando un café o cerveza en un vaso de cartón, sin mascarilla, y todos bien juntitos. Técnicamente está prohibido comer en la calle. Y mucho más no respetar las distancias. ¿Y la Policía? No dice absolutamente nada.

Gobierno, hagan bien las cosas. ¿Permitir abrir a los bares? Sí, por supuesto, son negocios. ¿Permitir más facilidades a la cultura? También. Porque, déjenme recordar, la cultura es segura: todo el mundo accede con mascarilla, se respetan las distancias y aforos y se facilita hidrogel para limpiarse las manos. Lo mismo con los gimnasios o espacios de extraescolares (escuelas de idiomas, por ejemplo). A partir del día 8 podrán abrir, pero con muchos peros. ¿Por qué? ¿Es más seguro un bar, donde uno se quita la mascarilla para consumir, que un gimnasio o una escuela de refuerzo, donde se mantienen las medidas? Un spoiler: la mayoría de bares no controlan nada, ya se vio en el mes de octubre. Los bares miran por su beneficio, y cuanto más lleno, mejor. Todo ello, pues, genera impotencia cuando ves tantas incongruencias.