Cañete apunta a la victoria en Pimec en un recuento de votos maratoniano
El actual secretario general afrontaba el reto de frenar el paso a la candidatura independentista liderada por Pere Barrios y que contaba con el apoyo de la Assemblea Nacional Catalana
Recuento maratoniano en las elecciones de Pimec. Al filo de la medianoche el conteo de papeletas todavía no había finalizado y, al cierre de esta edición, todavía no había ganador definitivo. Las primeras informaciones apuntan que Antoni Cañete habría conseguido la mayoría de votos en los recuentos territoriales, superando el 70% de apoyos, si bien el veredicto en la sede de Barcelona todavía no había finalizado. El propio Pere Barrios, el candidato independentista apoyado por la Assemblea Nacional Catalana (ANC) poco después de depositar su voto por la mañana, reconocía sus escasas posibilidades electorales: «Os puedo anticipar que perderemos claramente», afirmó ante los medios.
Si la victoria de Cañete se confirmase, el candidato continuista sería presidente de la patronal de las pequeñas y medianas empresas hasta 2025. Los socios de Pimec habrían votado mayoritariamente por un programa centrado exclusivamente en las pymes y pretendidamente desvinculado de cualquier partido, frente a la opción independentista que defendía su adversario. Cañete proseguirá el proyecto que inició hace 24 años el presidente saliente, Josep González, que le señaló como delfín tras renunciar a su cargo.
Fuentes conocedoras del proceso electoral explicaron que Cañete consiguió la mayoría de votos en los recuentos de Tarragona, Girona, Lleida y Manresa. El de Barcelona todavía no estaba finalizado por la tardanza para computar los votos delegados, que se alargaron más de cuatro horas. De confirmarse la victoria, el independentismo habría fracasado en su operación para hacerse con una de las plazas fuertes del sistema de representación empresarial en Catalunya.
Estos comicios han sido los primeros con dos candidaturas enfrentadas en los 24 años de historia de Pimec (desde su fusión con Sefes) y el secesionismo no quería dejar escapar la oportunidad. Las votaciones transcurrieron sin incidentes, pese a las largas colas para depositar la papeleta, sobre todo por la mañana. El recuento, no obstante, no se había dilucidado pasadas las doce de la noche.
El candidato secesionista ya daba por perdidas las elecciones cuando fue a votar por la mañana
Expectativas incumplidas
La operación Cambra no se ha repetido en los comicios de la organización empresarial y el independentismo no ha podido hacer suya la presidencia de una de las dos grandes patronales catalanas. Barrios logró, como mano derecha de Joan Canadell, dar la campanada en la Cambra de Comerç de Barcelona y alcanzar la presidencia con una amplia mayoría de votos. No ha sido así en esta cita y el continuismo, con los matices que pretenda imponer Cañete como presidente, ganó la partida.
Desde el momento en el que formalizó su candidatura, Cañete ha exhibido músculo con amplias apoyos entre las organizaciones y sectoriales que forman Pimec. Los gremios de farmacias, pescaderos, pasteleros, instaladores o tintoreros, así como las asociaciones de aseguradoras o de empresas de limpieza avalaron al virtual presidente. Su candidatura también ha contado con el apoyo de los pesos pesados de la junta saliente, como Emma Gumbert, en materia de relaciones laborales; Isabel Galobardes, actual presidenta de Pimec Turismo, o Josep Soto, presidente de Pimec Joves. Y, desde fuera, empresarios conocidos en la esfera barcelonesa, como Anna Gener (Savills Aguirre Newman) o Emili Rousaud (Factorenergía)..
Cañete también ha difundido un programa trabajado, con el late motiv de «poner a las pymes en el puesto de mando». Ganar representatividad a nivel estatal, disputándole ese rol a Cepyme (dependiente de la patronal de las grandes empresas, CEOE), es uno de sus compromisos electorales. Culminar la presión a los partidos del Congreso de los Diputados para la aprobación de un régimen contra la morosidad empresarial es otro.
Apuesta por la polarización
Barrios había fiado su estrategia electoral a la polarización. Durante la campaña intentó en múltiples ocasiones desprestigiar a su oponente, calificándolo de «empleado» –debido a su papel como secretario general– y reivindicando que solo un «empresario» debía presidir Pimec. El candidato independentista alimentó hasta el último día de campaña los fantasmas de fraude. Hasta el punto de que 24 horas antes de las elecciones presentó ante la junta electoral un escrito de alegaciones con presuntas irregularidades, que el árbitro electoral desestimó por unanimidad, según pudo confirmar este medio.
Unos 6.000 electores tenían derecho a voto en los comicios celebrados ayer.
La estrategia del ente soberanista aspiraba a lograr un resultado como en la Cambra de Barcelona