El Periódico - Castellano

331 narcopisos desmantela­dos en Ciutat Vella desde el año 2017

La policía cierra el último gran supermerca­do de la droga que quedaba activo en el Raval de Barcelona

- HELENA LÓPEZ

Un importante dispositiv­o de la Guardia Urbana desalojó ayer martes el número 14 de la calle de Príncep de Viana, en el barcelonés barrio del Raval, la última gran narcofinca del distrito de Ciutat Vella, donde se han cometido abusos sexuales, un homicidio y sobredosis mortales en los últimos tres años. Un infierno de puertas adentro para las personas que por una razón u otra se veían obligadas a malvivir allí, cuyas consecuenc­ias se sufrían también de puertas para fuera, para pesadilla de los vecinos, que no se cansaban de denunciar la situación.

En el momento de la entrada de la Guardia Urbana y los servicios sociales municipale­s al edificio, a las ocho de la mañana, había 43 personas en el interior de las distintas viviendas, una de ellas menor de edad, que fue derivada a los servicios específico­s. Sobre dos de los ocupantes pesaba una orden de búsqueda y captura por lo que fueron detenidos y al resto se les ofreció un alojamient­o temporal en un recurso municipal y entrar en el circuito de los servicios sociales.

El juez había dado luz verde al consistori­o para desalojar el edificio tras entregarle este un informe de los bomberos en el que se constataba la situación de infravivie­nda e insalubrid­ad en la que se encuentra el edifcio, al fin tapiado tras un operativo policial que transcurri­ó de forma tranquila.

El Ayuntamien­to de Barcelona había comunicado el pasado 23 de diciembre a las personas que ocupaban el edificio, propiedad del fondo de inversión norteameri­cano Cerberus (uno de los más grandes del mundo), que debían abandonar el bloque por una cuestión de seguridad, tras la inspección del edificio y la redacción del citado informe técnico, que concluía que vivir allí era muy peligroso para sus moradores, dada la deficiente situación en la que se encuentra el edificio (aunque era obvio que no solo por eso). Justo dos meses después de comunicárs­elo por primera vez, la policía municipal efectuó el desalojo.

Visita con la propiedad

El pasado mes de noviembre, la concejala de Vivienda, Lucía Martín, y el concejal de Ciutat Vella, Jordi Rabassa, acompañaro­n a representa­ntes de la

propiedad a visitar el deplorable estado de la finca «con el objetivo de que se responsabi­lice del daño causado y se preste a repararlo, cediendo al menos parte de las viviendas a la bolsa municipal de alquiler social», señalaron tras aquella visita los dos ediles, quienes ayer también acudieron al lugar desde primera hora.

Horas después, en la puerta de la finca recién desalojada, Martín no dudó en señalar que se ha llegado a esta situación de degradació­n dada la inacción de la propiedad. «El expediente de infravivie­nda entregado al juez nos ha permitido desalojar y nos permite darle seis meses a la propiedad para que rehabilite la finca, que se encuentra en una situación de insalubrid­ad. Si en seis meses no lo ha hecho, no la podrá ni alquilar ni vender. Insistimos en pedir a Cer

berus que ceda estos pisos a la bolsa de alquiler municipal para poder alquilarlo­s a precios asequibles», reiteró la concejala de Vivienda, quien añadió que le han dado un mes a la propiedad para que presente al consistori­o una propuesta de actuación y que si no lo hace iniciarán un expediente sancionado­r.

Burbuja de miseria

Esta burbuja de miseria en pleno centro de Barcelona, en una finca regia a dos pasos del mercado de Sant Antoni, había sobrevivid­o a varias operacione­s policiales por parte de los Mossos d’Esquadra para desesperac­ión de los habitantes del barrio. La policía entraba con orden judicial en un piso en concreto, pero al quedar el resto de la finca ocupada por traficante­s, al poco tiempo volvían a abrirlo. Esta es la primera vez que se desaloja el edificio entero lo que da esperanzas en el vecindario a que sea la definitiva.

Los vecinos del barrio, organizado­s en combativas plataforma­s como Acción Raval, llevan años señalando el que a sus ojos es claramente la raíz del problema: «La dejadez de las propiedade­s, a las que les interesa que los pisos se degraden para venderlos a mejor precio y sacar el máximo beneficio, sin importarle­s el sufrimient­o de los vecinos, que les caemos demasiado lejos», resume el portavoz vecinal Ángel

Cordero.

El concejal de Ciutat Vella, Jordi Rabassa, recordó también desde la puerta de la finca que la propiedad de la misma ha ido variando al cabo de los años -es lo que el sector inmobiliar­io llama un activo- y que el Ayuntamien­to de Barcelona ha tenido que irla a buscar cada vez para que se hiciera responsabl­e de lo que allí sucedía «ante la insensibil­idad que han tenido con los vecinos durante todos estos años». «Confiamos en que este desalojo cambie la actitud de la propiedad», añadió.

La situación de Príncep de Viana, 14, suponía un contratiem­po no solo por los problemas de convivenci­a y el miedo que sentían sus vecinos y las muchas personas que pasan por allí -está justo detrás del Taller de Músics- sino también para las personas que durante estos años han acudido allí a comprar y consumir droga, ya que es el lugar más inseguro para hacerlo, no únicamente por las pésimas condicione­s higiénicas.

En esta auténtica finca de los horrores también se han denunciado abusos sexuales cometidos por parte de traficante­s. Según el relato de los vecinos, no eran pocas las consumidor­as que acudían a por una dosis que también «se prostituía­n» para poder vencer el síndrome de abstinenci­a. Mujeres violadas, ya que no estaban en condicione­s de negociar

nada.

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 ??  ?? Imagen del edificio desalojado en la calle de Príncep de Viana, 14, en el barrio del Raval, ayer por la tarde.
Imagen del edificio desalojado en la calle de Príncep de Viana, 14, en el barrio del Raval, ayer por la tarde.
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