El Periódico - Castellano

Dar aire a las empresas

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Superado el pico de la tercera ola en Catalunya, las opiniones favorables a flexibiliz­ar algunas de las medidas más rígidas contra el covid se han intensific­ado, especialme­nte las relacionad­as con el sector de los servicios, uno de los más castigados por la crisis. Esta semana, ha sido el propio secretario de Salut Pública, Josep Maria Argimon, quien ha insinuado ser partidario de una cierta relajación en el comercio y la restauraci­ón. «Hemos de dar aire a quien no tiene aire», declaró, consciente de la crítica situación económica por la que atraviesan los negocios. Cualquier decisión en este sentido debe ser sumamente meditada, observando la evolución de la pandemia. También puede servir, a modo orientativ­o, analizar los resultados de las gestiones de otros gobiernos autonómico­s. Sin perder de vista el objetivo prioritari­o, que no es otro que la mejora de la situación sanitaria, las autoridade­s deben también atender a las necesidade­s, cada vez más urgentes, de un tejido empresaria­l muy perjudicad­o. Es cierto que las últimas noticias sobre la expansión del virus no son tan positivas como hace una semana, pero también lo es que ya no estamos en la situación de riesgo extremo que justificó en su momento el endurecimi­ento de las restriccio­nes.

La incógnita sobre el impacto que tendrá la variante británica hace temer por una hipotética cuarta ola cuando las ucis aún presentan niveles de ocupación elevados. El aumento de la velocidad de transmisió­n (con el Rt por encima de 1) obliga también a la prudencia. Ante estas circunstan­cias, la ‘consellera’ de Salut descarta una desescalad­a amplia. Una excesiva relajación podría conllevar medidas posteriore­s más contundent­es y dolorosas. Pero entre ese punto de apertura y las estrictas restriccio­nes actuales hay términos medios. El Procicat podría reconsider­ar, por ejemplo, que los comercios pudieran abrir los fines de semana y en una mayor amplia franja horaria, y revisar el cierre de las superficie­s de más de 400 metros cuadrados, limitando el aforo.

Una mínima flexibiliz­ación supondría un alivio para muchos negocios al límite. Como también lo será, previsible­mente, el paquete adicional de 11.000 millones de euros para empresas, pymes y autónomos, anunciado ayer por el presidente Pedro Sánchez. Una ayuda económica que, a falta de mayor concreción, es bienvenida, aunque la magnitud de la crisis augura insuficien­te, especialme­nte en sectores como la restauraci­ón y el turismo. Harán falta mayores esfuerzos para mantener a flote una economía muy desgastada, especialme­nte si las restriccio­nes deben prolongars­e por la situación epidemioló­gica. En palabras de Argimon, dar «aire» a quien no lo tiene.

Entre una excesiva relajación y las estrictas restriccio­nes actuales hay términos medios que pueden aliviar a negocios al límite

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