Diseñar espacios acogedores
El desconfinamiento evidencia carencias en los espacios para la infancia y la adolescencia en Sant Cosme
Uno de los impactos causados por la pandemia es que las personas hemos establecido una nueva relación con los espacios abiertos de la ciudad, y uno de los sectores poblacionales más afectados por esta nueva relación son niños, niñas y adolescentes.
Según el estudio realizado por
Unicef Cuadernos para la acción local. Medidas para la creación de entornos protectores de cuidado y recreación para la infancia y adolescencia en el posconfinamiento (2020), el covid ha alterado el contexto en el que viven niñas, niños y adolescentes alterando su bienestar, por falta de actividades sociales con sus padres y familiares queridos, la ansiedad por el confinamiento y falta de movilidad y el no poder realizar actividades en su entorno. El estudio incide también en el impacto que la pandemia ha tenido en agudizar desigualdades y vulnerabilidades que ya existían, que en el caso de la infancia y la adolescencia ya se alertaba antes de la pandemia, por ejemplo, la reducción de espacios de juego en el territorio. El juego en el espacio público es un elemento clave en el desarrollo infantil, que además de ser un derecho es una herramienta para reducir la desigualdad.
Impacto en el desarrollo
La pandemia ha supuesto un impacto importantísimo en el desarrollo de niños, niñas y adolescentes, pero si nos fijamos concretamente en barrios periféricos segregados socioespacialmente podríamos decir que el impacto y vulnerabilidad es mayor. Mientras que en los barrios céntricos la infancia han tomado el espacio público liberado de turistas e incluso de vehículos, en algunos barrios periféricos encontramos un escenario distinto, donde situaciones previas a la pandemia se pueden haber visto agravadas. Los resultados de un estudio que se realizó en el año 2018 en el barrio de Sant Cosme (El Prat de Llobregat) evidenciaron, por una parte, la importancia de la implicación ciudadana en los procesos de transformación física de los barrios a fin de promover inclusión y pertenencia.
Y por otro lado el papel que tiene el diseño en favorecer el uso y la apropiación del espacio. El estudio concluyó que en Sant Cosme el activismo por conseguir que se reconstruyera el barrio creó un fuerte sentido de pertenencia entre los residentes de origen, pero por el contrario el proceso de diseño de los espacios públicos no incluyó a la ciudadanía, por lo que el uso y el apego a estos lugares era muy limitado, especialmente entre los adolescentes del barrio. El estudio reveló una fuerte pérdida de identidad comunitaria entre jóvenes y adolescentes por no tener lugares a los que ir para hacer actividades que les gustaran: comunicaron poca afección hacia los espacios públicos, evidenciando que la configuración física de los espacios del barrio no les llevaba a utilizarlos prefiriendo salir del barrio para pasar su tiempo libre. Tal falta de espacios y actividades apropiados puede suponer un empeoramiento de las consecuencias de esta pandemia entre los jóvenes, ya que contar con espacios para conversar, compartir, hacer actividades y sentirse implicados e incluidos contribuye a la recuperación de esta crisis. La carencia de espacios en los que sientan que pertenecen hará más complicada la vuelta al espacio público, la situación de desconfinamiento ha evidenciado carencias ya existentes, como es la falta de espacios que estimulen el desarrollo infantil y juvenil.
En barrios periféricos donde hay más disponibilidad de espacio público que en barrios céntricos, se ha hecho evidente que no solo por disponer de espacio este se utilice, sino que es necesario que el diseño y equipamiento del espacio se realice acorde a necesidades y aspiraciones de los que lo vayan a utilizar y así promueva la inclusión.
El covid revela desigualdades
La pandemia ha hecho resurgir con más fuerza desigualdades y carencias ya existentes, que nos interpelan a poner el foco del diseño urbano en aquellos grupos menos representados de la sociedad. El diseño es una herramienta muy valiosa en la creación de ciudades inclusivas, ya que a través del diseño podemos crear espacios que prioricen a la infancia y a la adolescencia, que satisfagan sus necesidades, espacios seguros que garanticen su protección y que promuevan su desarrollo, donde sientan que pertenecen. Haciéndoles partícipes en los procesos de diseño de los espacios de la ciudad estaremos garantizando que se sientan escuchados, que su opinión sea tomada en cuenta, estaremos así promoviendo adultos seguros y con iniciativa, sensibles a lo que les rodea.
Raquel Colacios es arquitecta experta en justicia socioambiental. Integrante de la Red de Científicas Comunicadoras de EL PERIÓDICO.
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