Populismo y demagogia

Jaime Rodríguez CUNIT

Populismo y demagogia, que lo mezclan todo sin matizar. Esta es la conclusión a la que llego al ver las protestas tras la detención de Pablo Hasél y las opiniones de muchas personas, incluidas cartas de lectores en este diario. Argumentan que todo se debe a que a Hasél se le ha condenado a prisión por unas canciones. Y ya está. Y es que es cuestión de informarse bien para ver que esto no es así. No voy a enumerar los detalles del historial judicial de este señor, entre ellos agresiones a un periodista. Solo quiero mencionar un vídeo que ha sido emitido en las televisiones, de hace un par de años, en el que le entrevistan a él y al fugado Valtònyc. Es interesante verlo y oírles hablar de «lucha armada» y de que «lo de las urnas no sirve». Vaya con los demócratas a los que muchos defienden y apoyan. Tienen más bien poco de Gandhi o Luther King; los veo más cercanos a los militares retirados del chat aquel en el que hablaban de matar a 26 millones de españoles.

Mucho se está poniendo en duda la calidad democrática de nuestro país y de que hay que mejorarla. Me parece bien y sano que se haga. Pero cantando cosas como que hay que clavarle un piolet a alguien o de salir a matar a un guardia civil, pues como que no me convence. Lo de las urnas, Valtònyc y Hasél dejan claro en el citado vídeo que no va con ellos. Les pasa lo mismo a los que salen a manifestarse porque Vox ha entrado en el Parlament con 11 diputados. O como Pablo Iglesias con lo de la «alerta antifascista» cuando también Vox entró en el Parlamento andaluz.

Y es que estas son las cosas de la democracia. Que en las urnas salen cosas que a veces no nos gustan. ¿Lo aceptamos o compramos los argumentos de Valtònyc y Hasél? Esta es la pregunta que nos tenemos que hacer. En cuanto a lo de la libertad de expresión, que se lo digan a Albert Pla cuando fue a juicio tras una denuncia de Podemos.