El 32% de aspirantes a la Guardia Urbana ya son mujeres
El Ayuntamiento de Barcelona analizará los puestos de responsabilidad de la plantilla municipal para conocer cuántos están ocupados por el sexo femenino.
El Ayuntamiento de Barcelona estableció cuotas femeninas para acceder a los servicios municipales más masculinizados, como la Guardia Urbana o los Bomberos, en un intento por avanzar en la equiparación efectiva en el trabajo entre hombres y mujeres. Esta era una de las medidas adoptadas durante el primer año de aplicación del Plan de Igualdad entre Mujeres y Hombres 2020-2023. El balance de ese plan, del que informó ayer el consistorio barcelonés, refleja que la reserva de plazas en el cuerpo de la Guardia Urbana, donde el 85,79% de los 2.736 agentes son hombres, ha hecho posible que por primera vez el porcentaje de mujeres aspirantes ha llegado al 31% y han conseguido un puesto 112 mujeres y 170 hombres que ya se están formando en la Escola de Policia. El 40% de esta nueva promoción, por tanto, será de sexo femenino.
Además, en el camino para conseguir el equilibrio de género en la plantilla, el consistorio ha introducido medidas para favorecer la maternidad y la lactancia, y ha establecido igualmente cupos para acceder a los puestos de mando de la policía local.
Buenas prácticas
En el marco de este plan, el ayuntamiento está ultimando un decálogo de buenas prácticas para garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso a la función pública y a los cargos de responsabilidad, en colaboración con los sindicatos. Durante este año, el ayuntamiento tiene previsto analizar los puestos de mando de la plantilla para conocer exactamente cuántos de ellos están ocupados por mujeres.
Respecto a la Urbana, se ha hecho una reserva de 22 plazas para mujeres en las promociones a las categorías de caporal, cinco para sargento y dos para subinspector. La brecha de género en los puestos superiores del cuerpo es todavía superior que en los agentes rasos.
El plan también adopta medidas contra el acoso sexual, entre ellas la articulación de una herramienta que permita comunicar de forma anónima los casos de abusos, además de formaciones para mandos de Guardia Urbana y Bomberos para detectar agresiones y un plan para luchar contra los micromachismos en ambos cuerpos.
Ellas se sacrifican más
La pandemia del covid-19 ha puesto de manifiesto que son mayoritariamente las mujeres quienes han adaptado sus horarios para compaginarlos con el cuidado de sus hijos, lo que ha puesto de manifiesto la necesidad de poner en marcha horarios que permitan compaginar la presencialidad con el teletrabajo.
Desde el inicio de la emergencia sanitaria, el 41% de las trabajadoras públicas del Ayuntamiento de Barcelona con hijos se acogieron a distintas medidas de conciliación laboral durante el confinamiento, frente al 17% de los empleados varones del consistorio que hicieron lo mismo.
La pandemia de este año también ha servido, como mínimo a nivel municipal, para constatar la segregación ocupacional que, de hecho, es una realidad en el conjunto de la sociedad. El personal de servicios esenciales del consistorio barcelonés lo formaron un total de 4.686 personas, el 46,78% de la plantilla. El 72,88% de ellos eran hombres, lo que explica su papel preponderante en los Bomberos y la Urbana, y el 27,12% eran mujeres, fundamentalmente del área de Servicios Sociales, donde son franca mayoría.
Sin estatura mínima
La Guardia Urbana modificó a mediados del año pasado una de sus condiciones para poder entrar en el cuerpo: la estatura mínima. La policía local también decidió permitir los tatuajes siempre y cuando no sean ofensivos. Los cambios en la convocatoria ya se hicieron efectivos el pasado febrero, cuando en el DOGC se hicieron públicas 282 nuevas plazas para formar parte de la Urbana. En el caso de los hombres, la estatura mínima era de 170 centímetros. En el de las mujeres, de 160 centímetros.