Medio año de papeleo
El Gobierno comenzó en octubre a intercambiar papeles con Bruselas para cumplir los criterios para obtener los fondos europeos. Ahora la próxima meta es remitir sus planes, con concreción, antes del 1 de mayo.
en la evaluación» en los criterios relacionados con las recomendaciones específicas por país, el fortalecimiento del potencial de crecimiento, la creación de empleo y la resiliencia económica, social e institucional así como la contribución a la aplicación del pilar europeo de derechos sociales.
El Gobierno empezó a preparar el terreno para aprobar y recibir los fondos europeos en octubre del año pasado, con el envío de las primeras líneas maestras de su plan. Desde entonces, el canal de comunicación con Bruselas ha estado permanentemente abierto para pulir un programa de reformas e inversiones cuyas dos últimas fichas –de la treintena incluidas– se enviaron el pasado 18 de enero. Precisamente, las últimas que incluyó el Ejecutivo fueron las dos que más roces han generado en la coalición con Unidas Podemos y con Bruselas: la reforma laboral y de las pensiones.
Tanto el vicepresidente de la Comisión, Valdis Domvrovkis, como el comisario de asuntos económicos, Paolo Gentiloni, se han pasado estos últimos tres meses hablando con el Ministerio de Economía y pidiendo más concreción y detalles sobre los objetivos y metas concretas que, según el reglamento, deben ser «claros y realistas».
Anticipo
Si España supera el examen tendrá derecho a un anticipo del 13%, unos 10.000 millones de euros aunque todavía no habrá llegado a la meta. Cada desembolso posterior –dos por año– exigirá un examen semestral y la verificación del cumplimiento de los objetivos fijados. «Los desembolsos estarán vinculados a la consecución satisfactoria de un grupo de hitos y metas que reflejen el progreso en varias reformas e inversiones del plan».
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