Castigo a los infractores
Ahora que estamos en campaña, se me ocurre trasladar una recomendación para algún político valiente que lo considere para sumar votos –además de para resultar eficiente su labor– en torno a la polémica del turismo de borrachera. La propuesta consta de dos partes: la primera es la ordenación de un listado de infractores reincidentes de las normas que el estado de alarma, declarado desde el Gobierno central para luchar contra los efectos de la pandemia, impone a los ciudadanos y que solo unos pocos infringen.
La segunda, y me consta que ya se está planteando, es la elaboración de otra lista para certificar a los ciudadanos vacunados (que se supone que seremos la inmensa mayoría en julio o agosto de 2021) con el propósito de permitirles desplazarse para disfrutar de un turismo más acorde a los intereses
del conjunto del Estado y sus mecanismos económicos. De lo que trata la propuesta es de no incluir a estos reincidentes en esta segunda lista, incapacitándolos para obtener el ansiado certificado de movilidad el tiempo suficiente acorde con su infracción en tiempos en
que no se pudo contener, poniendo en riesgo la vida de sus vecinos, compañeros de trabajo y familiares cercanos.
Creo que de este modo la disputa política que busca el culpable de las acciones poco éticas e inmorales que vemos cada fin de semana