La excentricidad y la irreverencia de César Aira ganan el Formentor
El premio, que inaugura nueva etapa itinerante, reconoce la trayectoria del gran autor argentino en un acto celebrado ayer en Sevilla. El galardón se entregará en Túnez en octubre.
El gran escritor argentino César Aira (Coronel Pringles, 1949) es el ganador del Premio Formentor 2021, que en esta edición inicia una nueva andadura después de que la venta del legendario hotel mallorquín que le dio nombre y donde se celebraban los actos del galardón le obligara a hacerse itinerante. Así, la concesión del premio, que se dio a conocer ayer en Sevilla, se hará efectiva en Túnez el próximo 10 de octubre.
Si algo es característico de Aira, como comentó la profesora y biógrafa Anna Caballé, miembro del jurado, es su carrera «obsesiva y persistente», que arroja un balance de más de cien libros de ficción, libros las más de las veces muy breves, al tiempo que también tiene una larga producción ensayística por completo alejada de la academia. Durante años la producción del argentino ha sido de uno o dos libros al año, de ahí que resulte muy difícil seguirle la pista. Otros miembros del jurado son el biógrafo de Gabriel García Márquez y ahora en proceso de serlo también de Mario Vargas Llosa, Gerald Martin; el crítico Juan Antonio Masoliver Ródenas, el escritor Francisco Ferrer Lerín y Basilio Baltasar por parte de la Fundación Formentor.
Recordaba Baltasar que el mexicano Carlos Fuentes en su novela La silla del águila, publicada en 2003, vaticinaba que Aira iba a ser en 2020 el primer Premio Nobel para la literatura argentina, en lo que sería una apuesta realmente arriesgada para la Academia Sueca. «Como Aira no ganó el pasado año, nosotros nos hemos adelantado, convencidos como estamos de que cualquier año de estos lo va a obtener».
Es sabido que el argentino no se prodiga demasiado ante la prensa de su país, a la que raramente concede entrevistas; otra cosa es cuando viaja al extranjero. Su bien ganada fama de esquivo y poco atento a los fastos literarios hizo que tardara muchas horas en enterarse del premio, después de que el presidente del jurado le enviara un correo electrónico anunciándoselo. Al otro lado del teléfono se mostró muy agradecido y en su mejor estilo añadió: «Es curioso cómo pasan las cosas, hoy recibo este premio y dentro de una hora me vacunan».
En la estela de Duchamp
Para Ferrer Lerín, un escritor iconoclasta e irreverente como Aira, el argentino cultiva una literatura que quizá no sea popular por su capacidad de dejar perplejo al lector poco avisado. «Aira nos enseña a leer de otra forma y su literatura está también muy vinculada al arte contemporáneo», con el que guarda una voluntad conceptual parecida. Aquí convendría recordar que uno de los artistas más apreciados por el autor de Cómo me hice monja es Marcel Duchamp.
Escritor voluntariamente periférico, con una trayectoria de más de cuatro décadas, el autor es para Baltasar un creador libre de influencias y de precedentes, aunque resulte muy evidente su vinculación con Borges, enclavados ambos, aunque con una obra muy distinta, en la posmodernidad literaria. Aunque en el caso de Aira lo que destaca por encima del autor de El aleph es su sentido del humor cáustico y surrealista. «Cabe celebrar que la fertilidad de su imaginación literaria acoja las figuras de lo grotesco, lo suprarreal, lo oscuro y lo transparente, lo sorprendente y lo desconocido», destaca el acta.
El Formentor, que en esta nueva etapa pasa a llamarse Prix Formentor, está dotado con 50.000 euros. También estrena un comité de honor con los nombres de los grandes editores europeos Roberto Calasso, Antoine Gallimard y Jorge Herralde. La idea es reconocerlos como los herederos de los editores que en su momento impulsaron el galardón en 1961: Carlos Barral, Gaston Gallimard, Giulio Einaudi y Ernest Rowoth.
La distinción, que fue prohibida por el Gobierno de Franco en 1962, se vio obligada a hacerse itinerante, por lo que a partir de entonces se celebraría en Corfú, Salzburgo, Valescure (Francia) y Gammath (Túnez). Precisamente será en este país donde se haga la entrega este año. Respecto a la escasa presencia de escritoras en la lista histórica de galardonados del Formentor –en su moderna andadura tan solo una mujer, Annie Ernaux, ha sido distinguida–, Caballé reconoció que dos autoras de gran prestigio habían llegado a las deliberaciones finales, pero finalmente se impuso la candidatura de Aira. «Esperemos que el próximo año, cualquiera de estas dos autoras, de las que no diré el nombre, gane el Formentor».