El Periódico - Castellano

El Chelsea retorna a la élite europea en una noche plácida

El monumental gol de Taremi, que firmó una chilena maravillos­a, llegó para el Oporto demasiado tarde, ya en el tiempo añadido.

- MARCOS LÓPEZ

El gol de Taremi llegó demasiado tarde para el Oporto, sin tiempo para intentar asustar al Chelsea, que retorna a unas semifinale­s de la Champions siete años más tarde. ¿El gol? Perdón. El monumental gol del delantero iraní del conjunto portugués, que se inventó una soberbia chilena que dejó petrificad­o a Mendy, el meta del equipo londinense. La pelota voló hermosa a la escuadra, pero todo ocurrió en el minuto 93, con apenas 60 segundos para forzar una prórroga que no llegó.

Quiso el Oporto, pero ya el reloj lo había derrotado después de comprobar, una vez terminada la primera mitad, que Tuchel se levantó del banquillo del Sánchez Pizjuán y aplaudió feliz. Era el partido que habría imaginado. Poco sufrimient­o porque liquidados los primeros 45 minutos el Oporto no tiró ni una sola vez a puerta. El Chelsea, tampoco. Pero el equipo de Tuchel ya venía con el trabajo prácticame­nte hecho de la ida con ese plácido 0-2 .

Y en el silencioso Sánchez Pizjuán, que albergaba a dos extraños sobre su pradera, se vivió un encuentro también extraño. La presión inicial portuguesa intimidó al joven Chelsea, donde Tuchel prescindió de la figura de un nueve clásico eligiendo un ataque dinámico integrado por

Mason Mount, un delantero venenoso, Kai Havertz y Pulisic. Todo para que el Oporto no tuviera referencia­s defensivas donde fijarse. Quería el conjunto inglés asomarse al área lusa y no vivir en ella. Y manejó el partido con suficienci­a burocrátic­a evitando riesgos.

La valentía portuguesa

Aunque, al final, hecho el balance de esa rara primera parte, todo discurría como pretendía Tuchel. Y eso que el Oporto fue valiente. No por tenerlo todo perdido antes de iniciarse el encuentro. Presionó al máximo provocando que al inicio el choque transitara de los pies delicados de Mason Mount a los torpes pies de Mendy, el portero del Chelsea que provocó un susto a sus compañeros con un mal pase.

Nada cambió en la segunda mitad porque se necesitó más de una hora para asistir al primer remate a puerta. Fue el cabezazo de Taremi (m 64), atrapado felinament­e por el guardameta del equipo inglés. Ni se vio a Marchesín, el portero del Oporto. Ni un cambio había hecho Tuchel en 85 minutos. Después, alteró el equipo para ganarle minutos al reloj. Hasta que se levantó Taremi para rubricar, tal vez, el gol de su vida. Un estéril gol.

Tuchel manejó el partido con calma y espera ahora al Madrid o al Liverpool El golazo del Oporto llegó sin margen para intentar forzar la prórroga

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain