El Periódico - Castellano

La jueza suspende el desahucio del gimnasio social Sant Pau

- HELENA LÓPEZ

El Tribunal Superior de Justícia de Catalunya ha aceptado la petición del Ayuntamien­to de Barcelona de aplazar el desalojo del gimnasio social Sant Pau previsto para hoy para darle margen a seguir negociando la compra de la finca. Ayer por la mañana, durante una rueda de prensa, el concejal de Presidenci­a, Jordi Martí, y la teniente de alcalde de Derechos Sociales, Laura Pérez, se posicionar­on sin fisuras del lado del proyecto social del gimnasio, poniendo toda la presión sobre la propiedad y la justicia para detener el desahucio.

Los dos ediles explicaron que habían pedido a la jueza que aplace el desahucio 30 días, ya que, según comentaron, las negociacio­nes siguen abiertas y en ese tiempo podrían llegar a un acuerdo. A las pocas horas, justo antes de las tres de la tarde, el TSJC informó de la aceptación de la petición, sin poner, de momento, nueva fecha. Martí y Pérez habían explicado en la misma rueda de prensa que han ascendido su oferta de compra hasta los 9,7 millones (hasta ahora se habían plantado en los 9,5).

Referente comunitari­o

Pese a que durante los últimos meses el espacio ha sido presentado siempre como un lugar en la que las personas sin hogar de la ciudad han encontrado refugio durante la pandemia –y así ha sido–, la historia del Sant Pau como espacio comunitari­o viene de más lejos, desde 2012, cuando un grupo de trabajador­es del histórico gimnasio –lleva 80 años en el Raval– decidió transforma­rlo en cooperativ­a para salvarlo y convertirl­o en un espacio para el barrio. Para todo el barrio. Un espacio en el que se respeta a todo el mundo, donde las mujeres musulmanas podían hacer piscina con sus bebés vestidas para sentirse cómodas, y donde se abrió un vestuario para las chicas trans para evitar que se fueran a casa sin duchar al sentirse incómodas en los vestuarios clásicos. Un espacio en el que los críos del barrio sin recursos podían hacer clases boxeo sin pagar si enseñaban que habían sacado buenas notas, y si no, también.

Todo eso era el Sant Pau antes del covid y sus defensores quieren que vuelva a serlo cuando pase la pandemia, combinado con los pisos públicos que podrían levantarse justo encima del actual gimnasio.

Con esa intención ha puesto el ayuntamien­to los 9,5 millones de euros en la mesa de negociació­n con la propiedad, mesa que hoy por hoy sigue abierta, y con algo más de oxígeno tras la decisión judicial de aplazar el desalojo. Una cifra que, según tuiteó ayer la concejala de Vivienda, Lucía Martín, repartiend­o responsabi­lidades, «supera el presupuest­o que al Generalita­t destinó el año pasado para levantar nuevas viviendas públicas de alquiler en toda Catalunya».

Este no es el primer intento de desahucio que esquiva el equipamien­to, situado en la frontera entre los barrios del Raval y de Sant Antoni, pero nunca había habido sobre la mesa una oferta de compra firme por parte del consistori­o.

Tras la penúltima fecha de desahucio el pasado mes de enero, propiedad y ayuntamien­to se dieron dos meses para intentar llegar a un acuerdo. Pasó el tiempo, ese acuerdo no llegó, la maquinaria judicial volvió a ponerse en marcha y con la nueva fecha de desahucio pisándoles los talones el consistori­o decidió mover ficha e intentar comprar. Y ahí siguen.

n

 ?? Ferran Nadeu ?? El gimnasio, aún abierto, mantenía ayer sus servicios de comida, duchas y ropero para personas sin recursos.
Ferran Nadeu El gimnasio, aún abierto, mantenía ayer sus servicios de comida, duchas y ropero para personas sin recursos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain