La tercera ola del covid destruye 137.500 empleos
El endurecimiento de las restricciones antes de Semana Santa cortó la recuperación del trabajo iniciada durante la primavera pasada
España se adentró en la cuarta ola del virus con una tasa de paro estancada en el 15,98%, después de que los confinamientos y el endurecimiento de las restricciones previas a Semana Santa cortaran la recuperación del empleo iniciada en la primavera pasada. Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre, publicados ayer, revelan que ese obligado paso atrás entre enero y marzo por la escalada de contagios destruyó 137.500 empleos, en comparación al cierre de 2020, y dejó el peor arranque de ejercicio en el último lustro. Y más allá de la coyuntura, la crisis está cronificando el paro entre los sectores más vulnerables: el número de hogares donde todos sus miembros están desocupados sigue al alza y alcanza los 1,2 millones.
Si bien los datos de los tres primeros meses del año, con la cuesta de enero de por medio y la campaña de Semana Santa por llegar, suelen ser malos para el empleo, los de este 2021 han sido especialmente malos. La tercera ola y las derivadas del temporal Filomena han pesado, lo que se ve también en los índices de teletrabajo, otra vez al alza. El 11,1% de los trabajadores españoles, o lo que es lo mismo, 2,1 millones, están trabajando a distancia más de la mitad de los días, un punto más que el trimestre anterior.
Empuje con pies de barro
España llevaba dos trimestres consecutivos recuperando parte de la ocupación perdida tras el primer mazazo del covid, que en el confinamiento más duro fulminó más de un millón de empleos. Desde la posterior desescalada, el número de personas ocupadas encadenaba dos trimestres al alza, aunque ese empuje se ha demostrado que tenía los pies de barro. Las empresas, tras la campaña de navidad, finiquitaron un importante número de contratos temporales y dejaron un saldo negativo de 168.600 eventuales menos en activo.
El aumento de la contratación indefinida, con un saldo positivo de 31.300 empleados este primer trimestre, no compensó esa destrucción de empleo entre los más vulnerables del mercado laboral. Y si la destrucción de empleo no fue mayor fue gracias, entre otros, al mecanismo de los ertes. Pues el número de horas efectivas trabajadas disminuyó el 1,6% respecto al trimestre anterior; el doble que la caída de la ocupación (-0,7%).
La tasa de paro dejó este trimestre una engañosa estadística, pues bajó una décima respecto al trimestre anterior y restó 65.900 personas a los registros del INE; el mayor descenso en un primer trimestre en los últimos 20 años. No obstante, dicho descenso no responde a una mejora sustancial de la economía, sino a una caída de la población activa. Es decir, aquella que puede y quiere buscar un empleo. Entre enero y marzo se descolgaron de esa población activa un total de 203.400 personas. Y ello puede derivarse de varios factores, uno de ellos el efecto desánimo (no ven posibilidades reales de encontrar empleo) o las dificultades derivadas de los confinamientos o el temporal Filomena.
Tras un año del inicio de la pandemia, la fotografía del antes y el después deja un mercado laboral español con 474.500 ocupados menos, sobre una población trabajadora de 19,2 millones, y 340.900 parados más; hasta los 3,6 millones de desempleados. El sector público, con la contratación de sanitarios, profesores o interinos para reforzar otros departamentos ha actuado en estos últimos 12 meses como un leve amortiguador de la intensa destrucción de ocupación en el sector privado. En el último año el empleo se ha incrementado en 149.400 personas en el sector público y ha descendido en 623.900 en el privado.
Catalunya, contra corriente
A diferencia del conjunto de España, Catalunya consiguió crear empleo durante el primer trimestre y sumó un saldo positivo de 33.300 persones más en activo, hasta los 3,37 millones de ocupados. El mercado laboral catalán, aclimatado desde antes de la tercera ola a restricciones más severas que el resto del Estado, redujo también su paro en 38.200 personas, hasta una tasa de desempleo del 12,9% y 499.700 desempleados. El ‘conseller’ de Treball, Chakir El Homrani, calificó de positivos los datos y consideró que estos «muestran un cambio de tendencia que hace falta consolidar», según declaró en rueda de prensa.
En el conjunto de España la destrucción de empleo ha sido la tónica dominante durante el primer trimestre y solo Catalunya, Cantabria y Madrid registraron números verdes. La estrategia de la presidenta de la CAM, Isabel Díaz Ayuso, está permitiendo, al menos en lo laboral, una menor pérdida de ocupación que otros territorios que han adoptado medidas más restrictivas. En el último año ha perdido la mitad de empleo que la media española.
El teletrabajo vuelve a repuntar y el 11,1% de los ocupados operan más de la mitad de la semana desde casa