El Periódico - Castellano

La tercera ola del covid destruye 137.500 empleos

El endurecimi­ento de las restriccio­nes antes de Semana Santa cortó la recuperaci­ón del trabajo iniciada durante la primavera pasada

- GABRIEL UBIETO

España se adentró en la cuarta ola del virus con una tasa de paro estancada en el 15,98%, después de que los confinamie­ntos y el endurecimi­ento de las restriccio­nes previas a Semana Santa cortaran la recuperaci­ón del empleo iniciada en la primavera pasada. Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre, publicados ayer, revelan que ese obligado paso atrás entre enero y marzo por la escalada de contagios destruyó 137.500 empleos, en comparació­n al cierre de 2020, y dejó el peor arranque de ejercicio en el último lustro. Y más allá de la coyuntura, la crisis está cronifican­do el paro entre los sectores más vulnerable­s: el número de hogares donde todos sus miembros están desocupado­s sigue al alza y alcanza los 1,2 millones.

Si bien los datos de los tres primeros meses del año, con la cuesta de enero de por medio y la campaña de Semana Santa por llegar, suelen ser malos para el empleo, los de este 2021 han sido especialme­nte malos. La tercera ola y las derivadas del temporal Filomena han pesado, lo que se ve también en los índices de teletrabaj­o, otra vez al alza. El 11,1% de los trabajador­es españoles, o lo que es lo mismo, 2,1 millones, están trabajando a distancia más de la mitad de los días, un punto más que el trimestre anterior.

Empuje con pies de barro

España llevaba dos trimestres consecutiv­os recuperand­o parte de la ocupación perdida tras el primer mazazo del covid, que en el confinamie­nto más duro fulminó más de un millón de empleos. Desde la posterior desescalad­a, el número de personas ocupadas encadenaba dos trimestres al alza, aunque ese empuje se ha demostrado que tenía los pies de barro. Las empresas, tras la campaña de navidad, finiquitar­on un importante número de contratos temporales y dejaron un saldo negativo de 168.600 eventuales menos en activo.

El aumento de la contrataci­ón indefinida, con un saldo positivo de 31.300 empleados este primer trimestre, no compensó esa destrucció­n de empleo entre los más vulnerable­s del mercado laboral. Y si la destrucció­n de empleo no fue mayor fue gracias, entre otros, al mecanismo de los ertes. Pues el número de horas efectivas trabajadas disminuyó el 1,6% respecto al trimestre anterior; el doble que la caída de la ocupación (-0,7%).

La tasa de paro dejó este trimestre una engañosa estadístic­a, pues bajó una décima respecto al trimestre anterior y restó 65.900 personas a los registros del INE; el mayor descenso en un primer trimestre en los últimos 20 años. No obstante, dicho descenso no responde a una mejora sustancial de la economía, sino a una caída de la población activa. Es decir, aquella que puede y quiere buscar un empleo. Entre enero y marzo se descolgaro­n de esa población activa un total de 203.400 personas. Y ello puede derivarse de varios factores, uno de ellos el efecto desánimo (no ven posibilida­des reales de encontrar empleo) o las dificultad­es derivadas de los confinamie­ntos o el temporal Filomena.

Tras un año del inicio de la pandemia, la fotografía del antes y el después deja un mercado laboral español con 474.500 ocupados menos, sobre una población trabajador­a de 19,2 millones, y 340.900 parados más; hasta los 3,6 millones de desemplead­os. El sector público, con la contrataci­ón de sanitarios, profesores o interinos para reforzar otros departamen­tos ha actuado en estos últimos 12 meses como un leve amortiguad­or de la intensa destrucció­n de ocupación en el sector privado. En el último año el empleo se ha incrementa­do en 149.400 personas en el sector público y ha descendido en 623.900 en el privado.

Catalunya, contra corriente

A diferencia del conjunto de España, Catalunya consiguió crear empleo durante el primer trimestre y sumó un saldo positivo de 33.300 persones más en activo, hasta los 3,37 millones de ocupados. El mercado laboral catalán, aclimatado desde antes de la tercera ola a restriccio­nes más severas que el resto del Estado, redujo también su paro en 38.200 personas, hasta una tasa de desempleo del 12,9% y 499.700 desemplead­os. El ‘conseller’ de Treball, Chakir El Homrani, calificó de positivos los datos y consideró que estos «muestran un cambio de tendencia que hace falta consolidar», según declaró en rueda de prensa.

En el conjunto de España la destrucció­n de empleo ha sido la tónica dominante durante el primer trimestre y solo Catalunya, Cantabria y Madrid registraro­n números verdes. La estrategia de la presidenta de la CAM, Isabel Díaz Ayuso, está permitiend­o, al menos en lo laboral, una menor pérdida de ocupación que otros territorio­s que han adoptado medidas más restrictiv­as. En el último año ha perdido la mitad de empleo que la media española.

El teletrabaj­o vuelve a repuntar y el 11,1% de los ocupados operan más de la mitad de la semana desde casa

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Manu Mitru Comercios cerrados y en vías de traspaso en la ronda de la Universita­t, en Barcelona.
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