Hablemos del futuro
Electrificación es la palabra de moda. Todos, y cuando digo todos es todos, los fabricantes del sector de la automoción se han volcado para asegurar un futuro libre de emisiones en 2050. El Tratado de París debería servir para algo más que ponerlo en los discursos. En eso estamos todos de acuerdo. No obstante, me gustaría romper una lanza por el motor de combustión en este foro de la electromovilidad. Hablando con el presidente de una marca japonesa en España coincidimos en la necesidad de arrimar el hombro y trabajar por esa descarbonización y ese impacto de cero emisiones en 2050, pero también mostramos nuestro acuerdo en que todavía faltan 29 años para ese momento y que estamos ante una legislación que está yendo más rápida que la propia industria. Para llegar al modelo 100% eléctrico hay que romper muchas barreras, y no solo legales y medioambientales, también industriales y sociales. El vehículo eléctrico no tiene marcha atrás. En nuestras experiencias eléctricas con los lectores que estrenamos en este número queda claro. Lo que sucede es que en esa transición definitiva hacia la descarbonización primero deberíamos pensar en el parque automovilístico. El Plan Moves III ofrece muchas posibilidades al vehículo eléctrico y de especial interés me parece el tema relativo a las ayudas a la instalación de cargadores (esa gran asignatura pendiente, la de la infraestructura). Pero echo de menos para llegar a ese futuro un plan que ayude a eliminar de las carreteras los vehículos de combustión antiguos. Digo antiguos, no digo todos. Pienso que desde el Gobierno deberíamos apostar por un Renove bien alicatado, pensado y realizable. Si la pandemia nos ha enseñado algo es que hay que ir paso a paso. No podemos pretender electrificar todo el parque rodante de la noche a la mañana. Hay que seguir el camino. Los fabricantes, la industria y nuestras propias ciudades necesitan de esa coherencia. Más allá de la politización (una lacra necesaria y sobrevalorada). Hablemos del futuro, seamos híbridos, electrifiquemos, pero sobre todo, pensemos.