Antoni Arola
INTERIORISTA Y DISEÑADOR INDUSTRIAL
► La propuesta del ganador del concurso u de luces navideñas abre una nueva etapa en la decoración festiva de la ciudad con un doble objetivo: crear un modelo propio y recuperar el tejido comercial.
El ayuntamiento
apuesta por la «creatividad» para que la iluminación tenga «identidad»
Mientras esta semana muchos barceloneses desentierran del armario sus chanclas o apuran la operación biquini, el ayuntamiento recrea ya con precisión cómo será la Navidad de diseño que prometió hace un año. Ayer presentó las imágenes virtuales que firma el Estudi Antoni Arola, ganador del concurso que abre una nueva etapa en la iluminación festiva de la ciudad, con el reto de crear un modelo propio e identitario, que este 2021 comenzará a implantarse en tres ejes neurálgicos (plaza de Catalunya, Gran Via y Aragó) pero en los próximos años se extenderá como una mancha de aceite. El consistorio impulsa así un cambio que el comercio de Barcelona lleva más de un lustro reivindicando, y lo rubrica con un incremento del 24% en los presupuestos para parafernalia navideña, que en este ámbito serán de 2,06 millones de euros.
El estallido del covid el año pasado paralizó también la creatividad y los intentos de innovar y mejorar en el aspecto navideño. El área de Promoción Económica se comprometió a implantar el salto cualitativo el siguiente año, para lo cual abrió un concurso de diseño el pasado febrero. El objetivo del cambio es «contribuir a la recuperación del tejido comercial de la ciudad durante las fiestas navideñas» y proporcionar «una imagen propia de Barcelona asociada a su marca como ciudad de diseño, que a la vez entronque con sus valores», explicó el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, vía telemática por hallarse en cuarentena al haber estado en contacto con un positivo en covid. En resumen, se trata de hacer que el montaje que será una realidad a partir de noviembre «se convierta en un nuevo icono», según el ayuntamiento.
Consistencia visual
El edil remarcó que la Navidad 2021 debe marcar la «recuperación económica de Barcelona», desde la «máxima confianza de que muchos ojos estén puestos en la ciudad». Por ello, expresó el reto municipal de que el centro luzca «espectacular y exprese lo que queremos proyectar al mundo». Tras trabajar con las entidades de comercio y profesionales del diseño, se pretende que las propuestas «tengan consistencia visual con la identidad de la ciudad» y las necesidades del entorno. Cada montaje será diferente, pero con un relato integral de ciudad y un mismo estilo estético.
La plaza de Catalunya vendría a ser la zona cero y según el Estudi Antoni Arola dibujará «una mirada de celebración, un punto que explota y hace latir la ciudad». Los diseñadores añaden que esperan representar la plaza a «escala humana», recogiendo toda su energía. En cambio, en la Gran Via aspiran a transmitir un punto de relación y diálogo con la ciudad, así como «confort social».
Junto con Aragó, serán los tres pilares del viraje estético, pero también habrá alicientes para otros puntos. Así, por primera vez se hará la luz en la ronda de Sant Pere (de paseo de Sant Joan a Urquinaona),
que se suma a otros debutantes recientes, como la plaza de Urquinaona, la Via Laietana y el Paral·lel, donde se tratará de renovar los ornamentos, aunque aún en la línea más convencional. Se ampliará también Balmes, entre Diagonal y ronda Universitat. Y se acicalarán de nuevo, como en 2020, los mercados municipales. Asimismo, habrá ayudas específicas para calles enmarcadas en el plan de barrios, según detalló la concejala de Comercio, Montse Ballarín.
2,6 millones de euros
Ese triple frente de innovación, ampliación de vías principales con luz y consolidación de otras, supondrá un aumento del presupuesto municipal destinado a este fin por segundo año. Los 2,06 millones (antes 1,66) incluirán también acciones en zonas afectadas por obras de larga duración.
El resto de los ejes comerciales que anualmente se visten de Navidad podrán optar entre contratar sus propias luces y contar con las habituales subvenciones del consistorio o dejar que sea este el que organice la instalación y pagar luego su parte al final, sin tener que avanzar antes el gasto.