Garantías con letra pequeña
que les tocan por edad y debemos darle todo el valor y la importancia que tienen.
En clase explicamos cuentos sobre la llegada de un hermanito, el primer día de escuela, ir de excursión... situaciones triviales de su día a día que, aunque a nosotros nos parezcan fáciles, para ellos son terreno desconocido y, en muchas ocasiones, hasta difícil. Tenemos que ser pacientes y, en vez de querer que asuman nuestros gustos, intentar disfrutar de los suyos. Ya llegará un día en el que nos podremos sentar con ellos y hacer un maratón de Star wars, pero ahora no es el momento, y si no valoramos y disfrutamos el proceso que realizan, nos perderemos cosas maravillosas, y eso sí que puedo asegurar que nunca volverá.
nel contrario, personal en su casa con equipos y medios que se tienen que poner ellos mismos. Aunque se los facilite la empresa, es un deber tenerlos disponibles a cualquier hora sin depender de que los trabajadores lleguen a la oficina.
El teletrabajo ha llegado para quedarse, y no para que se beneficien los empleados. Alguna ventaja tiene, pero para las empresas, que llevan un tiempo frotándose las manos y no porque se hayan puesto gel hidroalcohólico.
nCuando compramos un artículo de electrónica sabemos que por la obsolescencia programada un día dejará de funcionar, pero nos quedamos más tranquilos sabiendo que al menos durante dos años tendrá garantía. Si durante este tiempo el artículo no ha tenido ningún problema, y encima dura unos cuantos años más, sentirá que su compra valió la pena, pero en los casos en los que el producto deja de funcionar o funciona mal antes de esos dos años, puede que se enfrente a una auténtica batalla con el vendedor o el fabricante.