CRÓNICA DE LA ENTREVISTA
«Vamos a solicitar que se reabra el caso» de Antonio David por malos tratos, afirmó en Telecinco la hija de Rocío Jurado, más «serena y liberada» tras el severo ejercicio de catarsis de la docuserie.
del show de la cadena de Mediaset, aunque más comedido que en anteriores ocasiones. Rocío llegó a los estudios de Fuencarral en coche mientras en una azotea Gjon’s Tears, representante suizo en Eurovisión, interpretaba en directo Tout l’univers. Ahí no quedó la cosa, pues Rocío, vestida con un traje chaqueta estampado con pequeños corazones negros y una blusa fucsia, elegante, con el paso seguro, entró en el estudio mientras sonaba una voluntariosa, pero sin garra, versión del clásico Como una ola a cargo de Blas Cantó. La insólita noche eurovisiva se completó con la entrada en directo, a través de Zoom, de Barbara Pravi, representante francesa con la gran Voilà, otro de los himnos que han acabado siendo banda sonora indivisible de la docuserie.
Más allá del golpe de efecto del anuncio de la nueva docuserie sobre los Mohedano, el momento de mayor impacto de la entrevista no provino de la propia Rocío, sino de Marieta, una amiga del colegio que conectó con el programa para relatar su devastadora situación personal a causa de los malos tratos. «Sé que no volveremos a ser las mismas pero Rocío, muchísimas gracias. Has abierto el armario más doloroso: el de la vergüenza y la culpa», relató Marieta desde un punto inconcreto «del bosque», alejada de todo y de todos, en un testimonio que rompía el corazón.
La relación con su hija