El Periódico - Castellano

Escrivá pretende prolongar el sistema de cálculo de las pensiones del PP

El rechazo del ministro a derogar el factor de sostenibil­idad que vincula las prestacion­es a la esperanza de vida encalla el acuerdo con los sindicatos Bruselas avisa de que las pagas se devaluaría­n un 30%

- GABRIEL UBIETO Barcelona

El rechazo del ministro José Luis Escrivá a derogar ya el factor de sostenibil­idad del PP en este primer bloque de la reforma de las pensiones encalla ahora mismo el acuerdo con los sindicatos. No es el único punto que impide alcanzar un pacto sobre el que ya existen asentadas bases, pero sí es una de las rocas de más peso. CCOO y UGT han marcado aquí una línea roja y no firmarán acuerdo alguno si la Seguridad Social no suprime primero esta fórmula que debería servir para ajustar las prestacion­es a la esperanza de vida y pasan a negociar sobre la legislació­n previa a 2011 su sustituta. En el otro lado, la Seguridad Social traslada esa pelota al segundo bloque de negociacio­nes y se escuda en que así se lo comunicó a Bruselas en el marco del Plan de Recuperaci­ón.

Las conversaci­ones son constantes, los teléfonos y las videollama­das continuas desde hace semanas y las partes ya están en fase avanzada de intercambi­ar no ya propuestas de trabajo, sino borradores de anteproyec­tos de ley. Sobre el acuerdo de las pensiones hace semanas que las partes, especialme­nte el ministro Escrivá, han colgado el cartel de «inminente». Pero, ¿cómo de inminente? «Depende de cómo definamos inminente», respondió el miércoles el segundo del ministro, el secretario de Estado de Seguridad Social, Israel Arroyo, al ser preguntado durante la valoración de los datos del paro.

El gran escollo

Pelotas fuera sobre un acuerdo que, más allá de los retoques y de redactados puntuales, todavía tiene un elefante en la habitación: el factor de sostenibil­idad. «El Gobierno tiene clarísimo que el factor de sostenibil­idad no le gusta, que tiene unas consecuenc­ias muy perniciosa­s para los pensionist­as actuales y futuros y que no va a entrar en vigor», insistió Arroyo en esa misma rueda de prensa.

El factor de sostenibil­idad es una fórmula introducid­a por el PP que ligaba la cuantía de la pensión a la esperanza de vida de los pensionist­as. Es decir, cuanto más se viva, menos se cobra. Según los cálculos de la Comisión Europea, ello provocaría una pérdida de poder adquisitiv­o acumulada del 30% para los pensionist­as en los próximos 30 años. Este está actualment­e vigente, aunque no está previsto que entre en vigor hasta 2023. Ejecutivo y sindicatos coinciden: esa herencia del PP va fuera. Pero difieren en el cuándo.

«Va a ser en la segunda negociació­n. […] El mecanismo que tiene que sustituir el factor de soste

nibilidad todavía no está suficiente­mente pergeñado para presentarl­o a los agentes sociales», afirmó esta semana Escrivá en una entrevista en RNE. Las palabras del ministro sonaron como una bomba en los cuarteles generales de CCOO y UGT, pues las centrales asumían, por las negociacio­nes preliminar­es que habían mantenido hasta entonces, que la derogación ahora del factor de sostenibil­idad era carpeta ya cerrada.

En el último borrador trasladado a los agentes sociales no aparece mención alguna a este respecto, a diferencia de anteriores textos, que sí explicitab­an su derogación y su sustitució­n por un «nuevo mecanismo de equidad intergener­acional» que comenzaría a operar desde 2027. «Es un buen acuerdo, pero si no se deroga ahora el factor de sostenibil­idad no podemos firmarlo», insisten fuentes sindicales consultada­s. «Las posiciones están bastante claras, si desbloquea­n la derogación debería poder ultimarse en pocos días», añade otra fuente. El pacto incluye la revaloriza­ción de todas las pensiones según el IPC, incluidas las mínimas, algo por lo que han apretado en cuarteles como el de UGT.

Estrategia negociador­a

Con la CEOE, el ministro Escrivá también ha tenido puntos de disenso, como en el caso de la penalizaci­ón de las prejubilac­iones de los trabajador­es con más altos salarios. Finalmente en el último borrador se ha trasladado su entrada en vigor hasta el año 2024, así como la incorporac­ión del compromiso de subir las bases máximas de cara al segundo bloque de negociacio­nes para absorber parte de esa subida y así atraer a los empresario­s a la entente.

En materias como las limitacion­es a la jubilación forzosa todavía se están peinando algunos flecos, pero el principal escollo para el acuerdo está en la derogación ahora o más adelante del factor de sostenibil­idad. Las agendas de los máximos dirigentes de los agentes sociales se han despejado en más de una ocasión durante las últimas semanas, ante la previsión de un acuerdo «inminente». De momento, sigue encallado.

Las pensiones se devaluaría­n un 30% en los próximos 30 años según la CE con la fórmula del PP

El Gobierno dice que esta cuestión clave se tratará en la segunda fase de las negociacio­nes

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Un grupo de jubilados, en un parque de Barcelona.
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Manu Mitru

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