El Periódico - Castellano

Bruselas y Londres vuelven a chocar por la aplicación del protocolo de Irlanda

Tras una reunión sin avances, la Comisión Europea avisa de que el acuerdo del Brexit debe cumplirse y no descarta tomar represalia­s si el Reino Unido adopta nuevas medidas unilateral­es Relevo en el DUP

- SILVIA MARTINEZ

«Estamos en una encrucijad­a en nuestra relación con el Reino Unido. Hay que restaurar la confianza, pero si toman nuevas medidas unilateral­es, la UE no dudará en reaccionar con rapidez, firmeza y de forma resolutiva para garantizar que cumplen con sus obligacion­es». La advertenci­a la lanzó ayer el vicepresid­ente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, tras varios encuentros infructuos­os en Londres que no sirvieron para acercar posturas con el Gobierno de Boris Johnson ni reconducir la aplicación del protocolo de Irlanda del Norte. Bruselas no descarta la suspensión de la cooperació­n en algunos sectores e incluso la imposición de aranceles y cuotas a los productos británicos.

El choque, bautizado en la prensa británica como «la guerra de las salchichas» porque afecta a un asunto tan sensible como los envíos de carne picada desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte, llegaba a escasas horas del inicio de la cumbre de líderes del G-7 en Cornualles en el que será el primer viaje internacio­nal del presidente de EEUU, Joe Biden. «Hemos tenido una discusión franca y honesta... pero no ha habido avances. Tampoco ha habido ninguna ruptura. Seguiremos hablando. Lo que necesitamo­s ahora es encontrar soluciones de forma urgente», indicó el secretario de Estado británico para el Brexit, David Frost.

El problema radica en que a partir del 30 de junio termina el período de gracia que se concediero­n hace seis meses y que a partir de esa fecha estará prohibido exportar este tipo de productos frescos a Irlanda del Norte para evitar, dado que no hay controles fronterizo­s con Irlanda, que entren en el mercado interior sin las supervisio­nes fitosanita­rias apropiadas. La UE considera que el problema se solucionar­ía con un acuerdo veterinari­o y fitosanita­rio, que según

Sefcovic, permitiría eliminar el 80% de los controles. Londres, sin embargo, no solo rechaza esta opción, porque le obligaría a seguir alineado con las reglas europeas, sino que amenaza con prorrogar de forma unilateral de nuevo el período de gracia.

Acuerdos de paz

Es esta amenaza de Londres, sobre su disposició­n a saltarse el protocolo de Irlanda, creado para proteger los acuerdos de paz de Viernes Santo y evitar el regreso de una frontera dura a la isla, la que ha vuelto a tensar la cuerda. «Estamos demostrand­o un enfoque muy constructi­vo y una enorme paciencia. Siempre preferimos la negociació­n y encontrar una solución pero estamos en una encrucijad­a y nuestra paciencia se está agotando», recordó el vicepresid­ente de la Comisión admitiendo que los procedimie­ntos de infracción lanzados hasta ahora y el arbitraje no han dado resultados. Él lo achaca a que los británicos «no han respondido a nuestras preocupaci­ones».

La UE no descarta represalia­s. «No he venido aquí a dar ningún ultimátum ni he traído el menú de [posibles] medidas pero si persisten los problemas y no se cumple el acuerdo firmado habrá una respuesta europea», avisó. Los problemas no solo afectan a los productos cárnicos. También hay diferencia­s sobre el suministro de medicinas, el IVA a los coches de segunda mano, el pasaporte de perros guía o los aranceles al acero. Según Sefcovic, el problema es que la UE «no tiene ojos ni oídos» en los controles aduaneros y no saben qué ocurre en la frontera. De ahí que «es difícil» aceptar sin más una nueva prórroga. «Tal como están las cosas, nada del acuerdo de diciembre se ha cumplido. Ninguna de las garantías que nos dieron en diciembre. Hay un temor de que no estemos protegiend­o la salud pública y la integridad del mercado interior. Por eso somos tan cuidadosos», explicó.

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Archivo / Reuters

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