(Des)educando a nuestros hijos
por la Societat de Blues de Barcelona (SBB) en reconocimiento a su labor realizada para promover el género. Y a dos años de cumplir el cuarto de siglo, ha cerrado sus puertas por culpa de la especulación inmobiliaria. Si no fuera bastante lamentable lo que supone la pérdida de un referente cultural de Barcelona como era el Honky, la situación es aún peor porque su cierre ha sido totalmente ignorado por los medios de comunicación locales, siempre muy poco receptivos a un estilo como el blues y a los conciertos de proximidad en pequeño formato, y mucho más preocupados por la continuidad de los grandes festivales de pop y rock. Y es que, para algunos, la cultura (y la música, en concreto) sigue siendo un fenómeno de masas.
nLas categorías inferiores o deporte de base (entre los 8 y 12-13 años) se denominan categorías de formación porque su principal objetivo es formar a niños y niñas, enseñarles a jugar, a conocer las normas y a comportarse como deportistas dentro y fuera del campo. Los que hemos sido deportistas profesionales agradecemos enormemente esta etapa formativa, que no solo nos educó para el deporte, sino que nos preparó para la vida, dándonos unos valores que van siempre con nosotros.
Por desgracia, hoy asistimos preocupados a espectáculos lamentables que se producen en este deporte formativo: padres y madres que insultan al árbitro, al contrario o a sus propios hijos; entrenadores que creen que «el fin justifica los medios» y árbitros que no pueden o no quieren poner límites claros desde el principio. Más que formativo es deporte deformativo, y no solo pasa en el fútbol: pasa en todos los deportes.
Ni padres, ni entrenadores, ni técnicos les hacemos ningún favor, ya que se están perdiendo la esencia del deporte: el respeto al