El Cercle pide reformas básicas consensuadas para una década
Exige que Madrid deje de ser una «aspiradora de recursos» y que los partidos catalanes sean «propositivos»
El Cercle d’Economia exige «una política reformista consensuada» con una mayoría parlamentaria que permita afrontar las reformas esenciales para los próximos 10 años. En el documento que enmarca la próxima Reunió Cercle d’Economia que se celebrará en Barcelona del 16 al 18 de junio, la entidad reprocha a los poderes públicos haber dejado aparcadas en los últimos años reformas básicas como las que afectan a la educación, la vivienda, el sector energético o las pensiones.
Y exige aprovechar el impulso de los fondos europeos para apostar por la inversión en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) y dejar de liderar los rankings del paro estructural.
En la presentación de las jornadas, el presidente de la entidad, Javier Faus, insistió ayer en la necesidad de los consensos y de huir de la confrontación. Y preguntado sobre los indultos a los presos del ‘procés’ afirmó que convocará una junta extraordinaria para establecer una posición del Cercle.
La entidad entiende que se ha iniciado un nuevo tiempo político y reclama la revisión del modelo territorial, apostando por uno basado en la «pluralidad y la cohesión territorial». A la vez que reclama rechazar el frentismo ante Madrid exige que Catalunya «salga de la parálisis» y que vuelva a «centrarse en ser el motor económico de España».
Faus afirmó que, a la centralidad como elemento dinamizador, hay que sumar la descentralización con un modelo más parecido «a la Alemania federal que a Francia». El documento denuncia que «la capitalidad de Madrid no puede actuar como una aspiradora de recursos del resto de España», que lo que hace es generar desafección en el resto. A la vez que asuma su rol de capital pero que «no conciba al resto de España como su caja de resonancia», exige al independentismo catalán que admita que «los experimentos unilaterales no son admisibles» en un estado de derecho. Y en materia fiscal, el Cercle descarta una armonización al alza y el impuesto del patrimonio, aunque sí defiende una cierta armonización territorial.
Financiación autonómica
El documento propugna una reforma del sistema de financiación autonómica «que corrija progresivamente los desequilibrios» y que implante «el principio de ordinalidad». A los partidos de «raíz catalana» les reclama que sean «propositivos» en defensa de un modelo común, que «abogando por el equilibrio territorial, contribuya a relanzar Catalunya». En todo caso recomienda al soberanismo «poner las luces largas» y «entender que su proyecto, si tiene viabilidad , será a largo plazo».
El Cercle incluso ha organizado un debate en las jornadas en el que participará los presidentes de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla y de Galicia, Alberto Núñez Feijóo; del PP, y de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, y Baleares, Francina Armengol, del PSOE
El documento, titulado Agenda reformista en beneficio de las nuevas generaciones aboga por «revertir la dinámica partidista» actual para que haya «consenso en materias básicas». De hecho alerta de que la evolución actual ha conllevado «la bajada de los niveles de seguridad jurídica».
En materia de políticas sociales, el texto del Cercle defiende una potenciación decidida de la formación profesional (FP) en colaboración con el tejido productivo como herramienta para preparar más y mejor a los jóvenes.
La entidad, que defiende la colaboración público-privada, destaca la necesidad de aumentar la productividad, una de las carencias del país. De ahí la apuesta por la I+D+i, que deberá combinarse con una mayor apuesta por invertir en el sistema sanitario, dada la prolongación de la esperanza de vida. Entre los ámbitos en los que el país debe volcarse están las energías limpias, así como la digitalización y la inteligencia artificial, que han de servir para un sector público «más eficiente» y unas empresas «más competitivas».
El texto recuerda que «España solo hizo parte de los deberes en la salida de la crisis de 2008». Y añade: «la oportunidad que Europa nos ofrece se tendría que aprovechar para impulsar nuestra industria con el objetivo de pasar del 16% que ahora representa en el conjunto del PIB a un 20%». Y aún nos quedaríamos lejos del 26% de Alemania.