«Celebro que Jordi Sànchez haya dicho lo que sabíamos todos»
El ‘exconseller’, que acaba de cumplir su condena, sostiene que Puigdemont sabía que con el 1-O podría sacar, como mucho, un referéndum pactado.
— Una vez cumplida la condena por el juicio del ‘procés’, ¿qué sensaciones le quedan?
— No puedo decir que tenga ninguna alegría especial. Mientras quede alguien en la cárcel no habrá limpieza. La condena más justa para todos los políticos habría sido la desobediencia. Ahora el sentimiento es agridulce. Por una parte te sientes liberado de esta condena, tan cierto como que la desproporción del castigo en otros compañeros ha sido tan grande que no puedes sentir alegría porque sería insensible y extravagante.
—El ‘exconseller’ Turull ha recurrido la sentencia al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. ¿Ve recorrido a este camino?
— En los activistas, seguro. En los Jordis, seguro. Creo que la injusticia es flagrante. En los políticos, el delito de desobediencia y el de malversación se pueden discutir, el de rebelión y sedición no lo entendió nadie en el mundo. Por tanto, los recursos tienen recorrido.
—Afirma Jordi Sànchez que con el referéndum no se quería la independencia, sino negociar.
— Es un hecho objetivo, lo escribí en el libro De héroes y traidores. Mi propuesta interpretativa, que recoge la propia sentencia del Supremo, es que en el Govern sabíamos que en el mejor de los supuestos de la experiencia exitosa del 1-O sacaríamos un referéndum acordado. Esto lo sabemos todos.
— ¿El ‘president’ Puigdemont también estaba en esta linea?
— Sin duda.
— O sea, él quería hacer un referéndum para negociar después, no para hacer la independencia...
— El ‘president’ Puigdemont y todo el Govern sabíamos que del 1-O se podría desprender una gran fuerza para negociar y forzar la consecución de un referéndum reconocido, este sí, internacionalmente y ajustado a derecho. Celebro que Jordi Sànchez lo haya dicho porque es lo que sabíamos todos.
— Es decir que el 1-O no era un referéndum para implementar los resultados...
— Yo ya lo escribí.
— Y el ‘president’ estaba en esta tesitura: referéndum no para implementar la independencia sino para forzar una negociación...
— Yo tengo este convencimiento, se lo tendría que preguntar a él.
— Pero usted habló mucho con él...
— Yo creo que no hay duda. No él, sino todo el Govern. Excepto la ‘consellera’ Ponsatí, quizás.
— ¿Qué le ha parecido la carta del líder de ERC, Oriol Junqueras, renunciando a la unilateralidad?
— Me despierta un sentimiento ambivalente. En el terreno político la celebro. Todo lo que ayude a mirar adelante ha de ser saludado. En el terreno personal inevitablemente me despierta un punto de acritud porque si esta mirada generosa y lúcida de ahora la hubiera tenido en 2017 no le habría arruinado la vida al ‘president’ Puigdemont.
—ERC ha dado un giro desde 2017. ¿Como ve a Junts per Catalunya, si avanza la agenda de indultos y diálogo?
— Yo creo que no tiene recorrido. La confrontación ha venido siempre del inmovilismo del Gobierno español hacia la catalanidad y la diversidad. Si tenemos un Gobierno más o menos sensible y comprometido con encarrilar las cosas, la vía rupturista o unilateralista volverá a tener el peso relativo que ha de tener en cualquier sociedad avanzada: un peso marginal.
— ¿Santi Vila es huérfano políticamente?
— Sinceramente, sí. No me acabo de sentir representado. En las últimas elecciones voté al PDECat por correo el día antes del cordón sanitario con los socialistas. Si llego a votar el domingo no lo hago, porque lo consideré escandaloso.
— ¿Le gustaría contribuir a un cambio de gobierno en el Ayuntamiento de Barcelona?
— Procuraré ayudar tanto como pueda.
— ¿Cómo?
— Concediendo entrevistas, con artículos en el diario, comprometiéndome cívicamente... No pasa necesariamente por ser candidato ni por ir en ninguna lista.