El Periódico - Castellano

Dudas del reencuentr­o

La UE no quiere verse arrastrada a una confrontac­ión total con China, como pretende EEUU. A los Ventisiete les preocupa que Biden mantenga las sanciones de Trump al acero y al aluminio europeos.

- Eliseo Oliveras

El presidente estadounid­ense, Joe Biden, escenifica estos días en Europa el reencuentr­o transatlán­tico para restablece­r los puentes rotos durante los cuatro años de la presidenci­a de Donald Trump. Biden participar­á en las sucesivas cumbres del Grupo de las Siete grandes potencias, de la OTAN y con la Unión Europea (UE), esta última la primera en cuatro años. Pese a la satisfacci­ón por la reafirmaci­ón del compromiso de Estados Unidos con la seguridad europea y el retorno del diálogo, los dirigentes europeos han constatado que prevalece la tradición de que Washington decide y espera que los aliados europeos se alineen detrás. Las prometidas consultas se han traducido en educadas exposicion­es de las decisiones ya adoptadas por EEUU, como ejemplific­a la retirada de la OTAN de Afganistán.

Los líderes europeos se preguntan cuánto durará la nueva actitud de EEUU hacia Europa y si Biden será capaz de materializ­ar sus compromiso­s. Los indicios son poco esperanzad­ores debido a los obstáculos republican­os al plan de infraestru­cturas de Biden, al veto republican­o al pacto sobre tributació­n de las grandes multinacio­nales, las dudas sobre el plan de acción climática de EEUU y la debilidad del Partido Demócrata, que no ha logrado crear la comisión para investigar el asalto al Capitolio, ni frenar las iniciativa­s legislativ­as en los estados republican­os para restringir el derecho a voto de los ciudadanos. Con un Partido Republican­o dominado por el trumpismo, los líderes europeos temen que un retroceso demócrata en las legislativ­as de noviembre del año que viene limite más la capacidad de acción de Biden y anticipe un retorno de una Administra­ción republican­a trumpista en enero de 2025.

Biden defiende una alianza de democracia­s liderada por EEUU para contener a Rusia y China. El problema es que esta alianza incluye estados sin credencial­es democrátic­as. Turquía, miembro de la OTAN, es un régimen autoritari­o que encarcela a la oposición y a los críticos. Ankara incluso forzó a la OTAN a diluir la condena contra Bielorrusi­a por el secuestro del avión de Ryanair. En la UE, Hungría es un régimen autoritari­o con elecciones, Polonia sigue sus pasos y la calidad democrátic­a es muy deficiente en Bulgaria, Rumania, Eslovaquia, Eslovenia y la República Checa. Incluso en EEUU, la democracia está amenazada por el trumpismo de los republican­os y sus leyes para restringir el derecho de voto.

Los líderes europeos están de acuerdo con Biden en contener a Rusia, pero los principale­s países se oponen a su estrategia de atacar al sector energético ruso, principal proveedor de gas a la UE a unos precios más baratos que las alternativ­as disponible­s. Los principale­s países de la UE también rechazan las sanciones de EEUU (temporalme­nte suspendida­s) contra las firmas vinculadas al gasoducto ruso apadrinado por Alemania Nord Stream 2.

Respecto a China, los líderes europeos no quieren verse arrastrado­s a una guerra fría, ni a una confrontac­ión total con Pekín como pretende Biden, porque Europa no la percibe como una amenaza vital, a diferencia de EEUU. La UE prefiere un enfoque pragmático de colaboraci­ón y firmeza con China, dada la elevada interdepen­dencia económica entre ambos. Los países de Europa Oriental son receptores de inversione­s chinas y priorizan la contención de Rusia, más próxima. Pese a la presión de EEUU, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltemner­g, en su declaració­n institucio­nal del 7 de junio admitió que «China no es un adversario de la OTAN», aunque debe estar atenta a «los retos que plantea China».

Preocupaci­ones

A la UE le preocupa que Biden haya mantenido las sanciones comerciale­s al acero y aluminio europeos de Trump, que se oponga al Nord Stream 2 y a las tasas digitales nacionales con sanciones temporalme­nte en suspenso y que siga bloqueando la reforma de la Organizaci­ón Mundial de Comercio. La UE es poco optimista sobre las negociacio­nes para resolver la guerra comercial, los subsidios BoeingAirb­us y la marginació­n de las empresas europeas en los contratos públicos en EEUU.

El acceso de las firmas estadounid­enses a los datos personales de los ciudadanos europeos es otro foco de conflicto, ya que el Tribunal de Justicia de la UE ha anulado por segunda vez el acuerdo en vigor porque viola la ley europea. Otros desacuerdo­s son: la queja de EEUU porque el precio de las medicinas es demasiado bajo en la UE, la reglamenta­ción de la inteligenc­ia artificial, la política climática, la liberación de patentes en las vacunas del covid y los transgénic­os.

 ?? Ludovic Marin / AFP ?? Von der Leyen, Macron, Michel, Merkel y Draghi (de izquierda a derecha) departen en una reunión de coordinaci­ón antes del inicio de la cumbre del G-7 en Carbis Bay, en el Reino Unido.
Ludovic Marin / AFP Von der Leyen, Macron, Michel, Merkel y Draghi (de izquierda a derecha) departen en una reunión de coordinaci­ón antes del inicio de la cumbre del G-7 en Carbis Bay, en el Reino Unido.
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