El G-7 dará en un año 870 millones de vacunas a los países pobres
Las siete potencias pactarán con el G-20 y el sector privado para llegar a esa cantidad en 12 meses y a los 2.000 millones de dosis a finales de 2022
Cumpliendo con el objetivo principal de la agenda del encuentro, los líderes del G-7 anunciaron ayer el compromiso adquirido de donar de 870 millones de vacunas a los países en vías de desarrollo a lo largo de los próximos 12 meses con vistas a un total, como ya anticipó la canciller alemana Angela Merkel, de 2.000 millones de vacunas a finales de 2022.
El G-7 acordó «colaborar con el sector privado, el G-20 y otros países para incrementar esta contribución en los próximos meses», para «seguir exportando en proporciones significativas» y «fomentar las licencias voluntarias y la producción global sin ánimo de lucro» que supone un 95% de las aportaciones a COVAX.
Sin embargo, el desenlace de la cumbre celebrada en la localidad británica de Cornualles no estuvo exento de polémica tras estallar nuevamente un conflicto comercial entre el país anfitrión, Reino Unido, y las instituciones europeas a causa del Brexit.
La cumbre apoya la iniciativa de la OMS para una nueva investigación sobre el origen del covid
Los aranceles
El divorcio de la UE, enquistado por el tránsito de mercancías en la frontera con Irlanda del Norte, amenaza ahora con abrir una guerra comercial entre ambos lados del canal de la Mancha y ha alterado la armonía y el orden de un G-7 que pretendía poner el foco en el fin de la pandemia. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseguró que «la UE permanece unida en este asunto» y que los acuerdos internacionales deben cumplirse, en referencia a lo que la prensa británica ha bautizado como guerra de las salchichas. Tanto es así que advirtió de que está dispuesta a imponer aranceles a los productos británicos que llegan de Irlanda del Norte si Reino Unido no activa los controles aduaneros prometidos.
De igual forma que previsiblemente ocurrirá hoy durante la cumbre de la OTAN, esta reunión de líderes mundiales se convirtió para el debutante presidente estadounidense Joe Biden en el escenario perfecto para intentar hacer frente a la amenaza que representan China y Rusia a su liderazgo mundial.
Gravamen a multinacionales
El Grupo de los Siete, que conforman Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido ha acordado definir un plan para frenar el desarrollo chino a través de un megaproyecto de infraestructuras que ha recibido el nombre de ruta verde de la seda. Los siete tratarán de contrarrestar la iniciativa que lanzó en 2013 el presidente Xi Jinping y que involucra proyectos de desarrollo de infraestructuras de puertos, carreteras, ferrocarriles y digitales desde Asia hasta Europa pasando por África y al cual se han adherido más de 100 países.
Otro de los hitos de la cumbre es el acuerdo de un impuesto de sociedades mínimo del 15% para las grandes empresas. El objetivo de este gravamen es impedir que las grandes multinacionales deslocalicen su sede a otro país donde tengan un trato fiscal mucho más favorable, además de hacerles pagar en los países donde operan.
El G-7 respalda la iniciativa de la OMS para una nueva investigación sobre los orígenes de la pandemia de covid. «Pedimos un asesoramiento oportuno, transparente, dirigido por expertos, así como la fase 2 del estudio sobre los orígenes (de la pandemia), China incluida, como recomiendan los expertos», reza el comunicado.