«A las mujeres periodistas no las dejaban ir al frente de guerra»
Fotógrafa e historiadora de la fotografía con perspectiva de género, presenta su investigación sobre el fugaz y poco conocido paso de Margaret Bourke-White, la legendaria pionera de la fotografía americana, por Barcelona durante la Guerra Civil. El rescate de este episodio se suma a los esfuerzos por visibilizar el trabajo de las mujeres fotoperiodistas en la contienda española. — Se sabe muy poco de la estancia de Bourke-White en Barcelona.
— Yo conozco bien la historia de las fotógrafas norteamericanas, porque aprendí en Estados Unidos, pero no sabía que ella hubiera estado aquí. Buscando en Google encontré las fotos que hizo en un refugio en julio de 1938.
— El refugio estaba en el Real Monasterio de Santa Isabel, en el barrio de Sarrià.
— Las religiosas habían huido y el espacio se había convertido en la Casa Comunal La Pasionaria, donde se alojaban mujeres y niños en tránsito hacia México y Rusia. He tenido muchas dificultades para obtener información. La mayoría de datos proceden de archivos de Estados Unidos y de recortes de prensa de la época.
— ¿Es posible que haya más fotos suyas hechas en Barcelona?
— Además de las escenas del refugio, retrató al ministro de Estado Julio Álvarez del Vayo y a un miliciano. Estuvo solo cuatro días porque su objetivo era ir a Checoslovaquia y Hungría a documentar el auge del nazismo. No me parecen buenas fotos y no se publicaron, pero es extraño que no hiciera más porque ella disparaba mucho.
— Le precedía su fama. La portada del primer número de la refundada revista 1936, era suya.
Life, en
— Era una imagen espectacular de una presa. Antes de introducirse en el fotoperiodismo, ella ya había inventado la fotografía industrial y así fue como logró ser la primera fotoperiodista occidental que pudo entrar en la Unión Soviética. Fue allí donde su interés empezó a derivar hacia temas sociales.
— Retrató a Stalin, a Gandhi días antes de su asesinato, documentó bombardeos, la liberación de los campos de concentración...
— Fue la primera fotógrafa en ser admitida para trabajar integrada con las tropas del Ejército norteamericano. A partir de la Segunda Guerra Mundial admitían a mujeres periodistas pero no las dejaban ir al frente. Les decían que se quedaran en la retaguardia y fueran a los hospitales. Muchas se saltaron las normas militares y fueron penalizadas e incluso encarceladas.
— Pero ella llegó a documentar bombardeos.
— Llevaba tiempo en Londres intentando que le dieran permiso para ir al frente y al no conseguirlo se embarcó hacia el norte de África en un barco de enfermeras que fue torpedeado. Publicó un articulazo y después de eso le dieron permiso para subir a un avión militar, que fue atacado en pleno vuelo. Fue la primera mujer en fotografiar un bombardeo desde el aire.
—¿Cómo llevaban su éxito los demás fotógrafos?
— Ella decía que ser mujer a veces era una ventaja, menos cuando la maltrataban físicamente. Se refería a los codazos y empujones que recibía de sus compañeros cuando cubrían juntos alguna noticia. Una vez acabó en el agua y otra bajó las escaleras rodando.
— Pero sus fotos eran valoradas.
— Muchísimo. Fue la única mujer de la primera plantilla de fotógrafos de la revista Life y cuando el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) abrió su sección de fotografía enseguida incluyó su trabajo. Sin embargo, en un documental de la BBC sobre la revista la única referencia que se hace de ella es que conseguía sus fotos acostándose con los militares.
— ¿Es un documental antiguo?
— ¡Qué va! Tiene pocos años, lo que aún me resulta más alucinante. En su época fue una mujer famosísima, la llamaban la diva. Era excepcional y muy avanzada a su época. No aceptaba un no por respuesta y jugaba todas sus cartas para conseguir lo que quería. Si en algún momento utilizó su sexualidad fue porque le apetecía.
— También se hizo una telefilme sobre ella que protagonizaba Farrah Fawcett, considerada un símbolo sexual de los años 70.
— La película trata de su relación con el escritor Erskine Caldwell, pero ni siquiera entra en lo profesional, que fue muy interesante, sino solo en lo personal. Fue una relación corta porque cuando se casaron ella le hizo firmar una serie de normas para asegurarse, entre otras cosas, que podría seguir viajando para trabajar. Él no supo llevarlo y se acabaron divorciando.
— En su charla, relacionada con la exposición La guerra infinita del MNAC, también hablará de las fotoperiodistas de la Guerra Civil.
— En aquel momento se desarrolló un nuevo lenguaje, la fotografía de guerra. Aunque en teoría no se podía ir a l frente, aquello era un campi qui pugui. Vinieron muchas periodistas extranjeras a cubrir el conflicto y entre las españolas hay un caso excepcional, el de Ana Maria Martínez Seguí, cuyo trabajo en el frente me parece espectacular. Pero muchas de aquellas fotos no se han tenido en cuenta.
— ¿Por qué?
— Porque las mujeres, en general, solo podían hacer cosas de poco interés. En la reciente exposición sobre el Comissariat de Propaganda de la Generalitat en el Palau Robert había un cartel sobre los principios básicos de la mujer en la retaguardia que decía: «Atender desde la retaguardia a los hombres que luchan en el frente con aquellas cosas que, quizá por nimias, no tienen que ser objeto de cuidado por parte de los poderes regidores...»
— Cosas «nimias»...
— Tareas necesarias pero que no se consideran importantes y por eso no se pagan o se pagan peor. Cuando relees muchas cosas entiendes lo que ha pasado con las mujeres.
“«En Google hallé las fotos que Bourke-White hizo en un refugio en Barcelona» «Era la única mujer de la plantilla original de fotógrafos de la revista ‘Life’» «Fue la primera fotoperiodista que retrató un bombardeo desde el aire»
‘Margaret BourkeWhite i les fotos de la Guerra civil fetes per dones’
CONFERENCIA Fecha: 15/06/2021 Hora: 19.00 horas Lugar: Casa Golferichs Inscripción: Gratuita en www.golferichs.org