Jeremy Pelt documenta la historia viva del jazz
«¿Qué significa ser un músico negro de jazz en Estados Unidos?», pregunta el trompetista Jeremy Pelt a Larry Willis, veterano pianista de Nueva York. Willis se ríe, y le responde con franqueza: ser músico un negro de jazz es saber que te dedicas a algo que no da dinero. «Pero no me importa ser un marginado. Porque ser un marginado me da un motivo para pelear». Y a continuación, entra la música. La conversación tuvo lugar en 2019, meses antes de la muerte de Willis. Pero Jeremy Pelt llegó a tiempo para preguntarle por su vida, su carrera, sus opiniones sobre el racismo, el jazz o el negocio de la música.
El trompetista de Los Ángeles, estrella invitada en el concierto del pianista Theo Hill que hoy cierra el 40º Festival de Jazz de Terrassa, ha entrevistado a docenas de músicos negros norteamericanos de jazz. Algunas de esas conversaciones aparecen fragmentadas en su último disco, Griot! This is important, y se pueden leer enteras en un libro de entrevistas, Griot, publicado por él mismo. Asegura que es solo el primer volumen, y que hay material para unos cuantas más. «Son historias de vida que quería conocer y compartir, especialmente con la comunidad negra de músicos, porque es importante saber de dónde vienes». Se sabe afortunado por haber llegado a Nueva York a mediados de los años noventa, en una época en la que muchos de los grandes nombres del jazz aún estaban vivos y era fácil conocer sus experiencias de primera mano, y le preocupa la desconexión de las nuevas generaciones con ese legado. «También quería mostrar, más allá de la comunidad negra, que la experiencia de los afroamericanos no es algo monolítico». El trompetista, que debutó hace veinte años en la discográfica catalana Fresh Sound New Talent, ha buscado entre sus muchos contactos testimonios de todas las generaciones en activo. El mayor de sus entrevistados, Paul West, nació en 1934. El más joven, el trompetista Ambrose Akinmusire, no llega a los cuarenta. Ha hablado con grandes olvidados, como la pianista Bertha Hope, y estrellas del calibre de Wynton Marsalis. Hace falta remontarse a 1977 para encontrar un precedente, el legendario libro de entrevistas que el batería Art Taylor hizo con las figuras del jazz de su tiempo, Notes and Tones.
Segregación y racismo
Igual que en el libro de Taylor, Pelt y sus compañeros de profesión hablan con una franqueza que sólo da la intimidad, y abordan sin tapujos temas como la identidad, la segregación o el racismo que quedan lejos de la agenda de los medios de comunicación. De un músico negro se dice que tiene soul; de uno blanco, que es «un genio creativo», se lamenta uno de los entrevistados, el saxofonista JD Allen. Pelt comparte esa percepción.
«Es problemático que haya tan pocas personas negras en los medios explicando nuestra historia. Tiene que ver con el control de la narrativa y con el poder», dice Pelt, que está convencido que aún hoy, en Estados Unidos, a los músicos afroamericanos se les trata con otro rasero. «Los artistas negros tenemos que esforzarnos el doble para ser reconocidos en nuestro propio campo».
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