Menos trompetas y más ‘autotune’
El triple concierto de trap en el Estadi Olímpic (Cruïlla XXS), con 31FAM, Flashy Ice Cream y Pawn Gang, escenifica el auge de la música urbana tras diez años de dominio de la música verbenera en la escena catalana
Don gelato Enderrock salir, y otra más tranquila y pensativa», con la que el grupo demuestra que «en el reguetón se puede hablar de la vida, no solo de amor». Aunque la etiqueta del trap ha hecho fortuna («como la de indie en otros tiempos», apunta López), 31FAM se identifica con la música urbana en un sentido amplio. «No nos cerramos a lo que venga, como si es un tango», aventura Bandam. Ese espíritu lo aplican a otros campos, como el lingüístico, ya que catalán y castellano conviven en su repertorio, incluso en una misma canción, y el inglés se cuela en la voz de Joey C. (Joel Cosp), cuya madre es escocesa. «Cada uno utiliza la lengua en la que se siente mejor, y porque no sabemos más… No
nos podemos límites».
Entre dos mundos
Dos de sus canciones, Sincero y Valentina, se acercan a los 10 millones de reproducciones en Spotify, después de que ambas se propagaran tiempo atrás en Musically, la app que se convirtió en Tik Tok. «Pero nunca piensas que alcanzarás estas cifras», medita Bandam, que ve lo suyo tan underground como mainstream. «Creo que somos ambas cosas. Al final, hacemos canciones en las que expresamos nuestras vivencias, y hemos ayudado a que aparezca toda una escena muy maja en Catalunya, que va subiendo cada día». Txarango se disuelve y el canon verbenero ya no es lo que era: la electrónica campa en las producciones de Oques Grasses, «y La Sra. Tomasa o Zoo mezclan trompetas con rap o autotune», afina Albert López. La juventud del público de 31FAM («desde los 12-13 años hasta los veintipico») sugiere movimientos de fondo. Y los adultos, que no teman. «Los padres van a los conciertos a acompañar a sus hijos, y ya se están acostumbrando a estos sonidos», añade.
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