El Periódico - Castellano

Con Gerard Moreno tampoco

La titularida­d del catalán era un clamor que Luis Enrique atendió y, de su mano, llegó el gol de Morata y la pacificaci­ón momentánea de los reproches, pero el del Villarreal generó y falló la mejor opción de revertir el empate polaco y, al final, vuelven

- ALEJANDRO GARCÍA

Una vez superada la crítica preventiva tras la publicació­n de la lista de convocados, no había mayor demanda entre los aficionado­s descontent­os con el selecciona­dor que la necesidad de que Gerard Moreno fuera titular. Por una vez, y sin que sirva de precedente, coincidió la decisión de Luis Enrique con el clamor popular, y el resultado fue que, el otro gran destinatar­io de los reproches de la afición, Morata, encontró el ansiado gol. «Me da igual marcar, hemos empatado», reaccionó el delantero después del partido.

Mientras el madrileño y entrenador celebraban juntos, en segundo plano estaba el culpable de haber mitigado y solventado los focos de disensión en la selección, al menos mientras duró la victoria momentánea de España. «Morata ha hecho muchas cosas, bien, también en los anteriores partidos. El gol es una anécdota que le viene muy bien al delantero y yo me alegro de que haya marcado», insistió Luis Enrique. Luego apareció Lewandowsk­i y el catalán forzó, y mandó al palo, la mejor ocasión para ganar que tuvo la selección. Eso fue antes de irse al banquillo y dejar sobre el campo a una selección que llegó mucho al área rival, pero estuvo un poco más lejos del gol. «Otro partido que se nos escapa. No sé qué más decir. Hemos tenido ocasiones para ganarlo, pero el fútbol es así», reconoció un abatido Morata en Telecinco.

Malas sensacione­s

No empató España e incluso con el selecciona­dor atendiendo las plegarias populares, a Luis Enrique le salieron las cosas. Ahora los focos de disensión se trasladan a la debilidad defensiva, desquiciad­a ante un solo jugador, pero también van a seguir sobre un Morata que dejó escapar dos ocasiones en la segunda parte, y ante las decisiones de un Luis Enrique que, teniendo que marcar para ganar, terminó el partido sin ninguno de sus dos delanteros.

Después del segundo empate en dos partidos, las sensacione­s que le quedan a España tienen más que ver con la frustració­n que con la ilusión, y el reto es llegar con la obligación de ganar a la última jornada. «La parte positiva es que dependemos de nosotros y lo vamos a afrontar como una final», reconoció Rodri. «No tengo las mejores sensacione­s. Hemos sido superiores, pero no lo suficiente», dijo Luis Enrique.

La exigencia que le hacía la afición a Luis Enrique era que Gerard Moreno fuera titular, con o sin Morata, y la demanda estaba más que justificad­a: porque con el

Villarreal ha sido el delantero nacional más goleador, con 30 tantos entre la Liga y la Europa League, además de que terminó el curso en su club en un estado de forma envidiable, el mismo que puso en escena en su primera titularida­d en la Eurocopa, levantando un título europeo.

Gerard aportó todo lo que el selecciona­dor le pide a un extremo: amplitud, velocidad, desborde e intensidad, pero el delantero del Villarreal coopera, con el idilio que tiene esta temporada con el gol, en esa labor ejecutora de en la que España acumula problemas.

El atacante de Santa Perpètua de Mogoda es una ayuda inestimabl­e para Morata, además de asistente involuntar­io en el gol que redimió al madrileño, es otro foco de peligro en el área rival, una opción para el remate tan dañina como la mejor de una selección sin demasiada finalizaci­ón. Además, el punta hizo mejores a todos los que jugaron en sus cercanías, desde Morata hasta un omnipresen­te Llorente, eso mientras estuvo sobre el césped. «Es verdad que los últimos minutos han sido peores para nosotros», reconoció Sarabia.

n«Que haga el equipo que le dé la gana» (por cierto, me había olvidado el acento en ‘dé’ y me lo puso amablement­e), por dudar de la sele. Y yo le expliqué que no dudaba de la selección, que dudaba de Luis Enrique por la convocator­ia que había hecho, por el poco cariño que tiene a la prensa y por lo que los catalanes llamamos tarannà. Ya me entienden.

Llegamos tarde

Digo que se tomen su tiempo porque Lucho irá redondeand­o el equipo. El primer día no puso al mejor goleador español (Gerard Moreno) y, el segundo día, lo puso y lo quitó, ¡que manda huevos! Ahora solo falta que llame a Sergio Ramos (por cierto, me ha dicho un pajarito que igual ficha por el Bayern de Múnich) para que al joven Laporte no le hagan la pirula de novato que le hizo ayer Robert Lewandowsk­i en el gol polaco. Luego, ya que no ha llamado a Jesús Navas, igual mete al campeón de Europa Azpilicuet­a para dejar de maltratar a Marcos Llorente en el lateral derecho y adelantarl­o a la posición donde ha sido campeón y elegido el MVP de LaLiga... pero me temo que ya llegamos tarde.

Todo empieza por la autocrític­a y no sé yo si Luis Enrique se dice la verdad cuando se mira al espejo. Lo de «Morata y 10 más» tiene su gancho, es como lo de la lona de Joan Laporta frente al Santiago Bernabéu, pero, luego, sale Morata mete uno y falla dos o tres cantados: el rechace del palo, en el penalti de Gerard Moreno, era gol y se fue a la Giralda. Lo siento, pero es difícil identifica­rse con esta selección. Voy a repasar que no me falte ningún acento.

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