El Periódico - Castellano

Las pymes se inquietan ante las nuevas tarifas horarias de la luz

Los pequeños bares y comercios son ‘a priori’ los más perjudicad­os porque prestan servicio en las horas más caras El ocio nocturno y los sectores estacional­es se podrán ver beneficiad­os

- SARA LEDO

«No tenemos margen de maniobra», explica Marcos, propietari­o de un pequeño bar situado en el centro de Madrid sobre cómo está adaptando su negocio a las nuevas tarifas horarias. «Aquí no puedes apagar la luz o desenchufa­r los electrodom­ésticos como puedes hacer en casa. La cafetera o el lavavajill­as no lo puedes poner a otra hora sino cuando vienen los clientes que, además, es en las horas más caras. Aunque tengas conciencia ecológica, no tienes margen», añade.

La polémica estuvo servida desde antes incluso de que se pusieran en marcha las nuevas medidas en el caso de los hogares, con bromas incluidas sobre poner la lavadora el fin se semana o cocinar por la noche. Y a eso se sumaron los reproches políticos desde la oposición y desde el propio Gobierno, con Ione Belarra a la cabeza planteando a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competenci­a (CNMC) adelantar el inicio del horario valle de las 00.00 horas a las 22.00 horas. Aunque las horas llanas tienen un precio muy similar al que había antes del 1 de junio y las valle son más baratas. Es decir, consumir de 22.00 a 00.00 o de 8.00 a 10.00 sale al mismo precio que antes. Lo caro son las horas punta (de 10.00 a 14.00 y de 18.00 a 22.00 horas).

La frontera de 15 kilovatios

Estos tramos horarios afectan a todos los consumidor­es con una potencia inferior a los 15 kilovatios que desde el 1 de junio están incluidos en la tarifa 2.0 TD. Y entre ellos, además de los hogares, también hay pequeñas empresas que son quienes peor tienen este encaje de bolillos horario desde hace veinte días. Pequeños comercios, bares, restaurant­es o peluquería­s que tienen que dar servicio en las famosas horas punta temen cómo afectarán las tarifas en su factura.

«Los tramos más caros inciden en los momentos de mayor actividad empresaria­l», denuncia Cepyme Aragón. Para la patronal aragonesa, esta nueva estructura tarifaria supone «un nuevo golpe»

para las pymes. Según sus estimacion­es, el alza en el recibo de la electricid­ad podría alcanzar entre el 10% y el 15%. En la misma línea que la Confederac­ión Española de Comercio (CEC) que reconocen «mucha confusión» aunque se muestran «seguros» de que verán un incremento en su factura que, a su juicio, podría llegar al 30%. «La factura de la luz es un coste muy importante para el comercio y el cambio de tarifas tendrá un impacto importante», asegura su portavoz, Carlos Moreno Figueroa. La Federación Alicantina de Comercio de la Pequeña y Mediana Empresa (Facpyme) cifra el posible incremento en un 10%.

Según la consultora especializ­ada en energía Ingebau, un consumidor con cinco kilovatios de potencia contratada y cuatro megavatios-hora (MWh) de consumo anual pagará 15,69 euros menos al año, pero si tenían discrimina­ción horaria tendrá un coste de 67,53 euros más. En el caso de las pymes con entre 10 y 15 kilovatios de potencia salen ganando en términos generales, es decir, tendrán una factura más barata. Según sus cálculos, un consumidor con 12 kilovatios de potencia contratada y ocho MWh de consumo anual pagará 182,62 euros menos, mientras que si tenía antes discrimina­ción horaria sufrirá un alza de 1,50 euros.

Otra cosa son las pymes que tienen más de 15 kilovatios, que pierden casi siempre, según los cálculos realizados por Ingebau con sus clientes, aunque reconocen que es difícil establecer una aproximaci­ón por los distintos perfiles de empresa. En su caso, se rigen por otro sistema de precios al tener contratado baja tensión (actual 3.0A) y media tensión (3.1A) que tendrán diferencia­ción tres periodos diarios, tanto en potencia como en energía, pero que son diferentes según la temporada del año. La noche y los sábados, domingos y festivos siempre es hora valle.

Las nuevas tarifas incrementa­n el peso de la parte variable (energía) y reducen la parte fija (potencia) de la factura. Eso hace que bares y comercios sean, a priori, los más perjudicad­os, por la hora a la que realizan su consumo, aunque también cuentan con el fin de semana con horas valle para limar los incremento­s de consumo; mientras discotecas y locales de ocio se verán afectados en positivo porque su horario de actividad es nocturno, cuando los precios son bajos.

Los sectores estacional­es

Desde la patronal catalana Pimec señalan además a los sectores estacional­es como hoteles, cámpings o regantes como beneficiad­os. «Los sectores estacional­es que solamente trabajan cuatro meses al año se verán beneficiad­os porque en los nueve meses que no trabajan antes tenían que pagar un fijo muy alto, ahora al tener más peso la parte variable pagarán menos», explica el presidente de la Comisión de Energía de Pimec, Joan Vila.

El objetivo de la nueva estructura es cambiar la curva de consumo. Es decir, al poner los precios más altos en los horarios de mayor demanda y los bajos en los de menos, se quiere cambiar los hábitos. Según Vila, esto le da una posibilida­d a algunas empresas, no a los comercios, pero sí a los talleres para «empezar a las seis de la mañana en vez de a las ocho» o, si son dueños del local, para «instalar placas solares en el tejado». Otros, propone, podrían cambiar las luces por LEDs o el aire acondicion­ado por la bomba de calor. «Si teníamos un sistema en el que la generación se adaptaba al consumidor, ahora es el consumidor el que se debe adaptar a la generación», remacha.

El pequeño comercio reconoce «confusión», pero cree que verá una subida en la factura

El dueño de un bar: «La cafetera no la puedes poner a otra hora que cuando viene el cliente»

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Ferran Nadeu Un restaurant­e de Badalona sirve el menú con el horario restringid­o hasta las cinco de la tarde, el pasado abril.

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