Los socios del Barça dan aire a Laporta con la aprobación de las cuentas
El presidente ruega a los compromisarios, entre reproches y abucheos, que aprueben los números rojos que dejó su antecesor.
No logró Josep Maria Bartomeu que la asamblea de compromisarios aprobara el retoque del escudo del Barça para adaptarlo a las necesidades digitales, pero sí que logró que aprobaran los 97 millones de déficit que dejó del ejercicio 2019-20. La primera vez estaba el presidente al frente de la cita con los socios. En la segunda, envió a Jordi Moix, su exvicepresidente económico, para que defendiera los números rojos en el Camp Nou, que era como jugar fuera de casa: ante la junta que les ha sustituido, la de Joan Laporta, y ante una audiencia que pitó y abucheó a Moix como representante de la que un socio denominó «la peor junta de la historia».
Y Bartomeu ganó. Gracias a Laporta, que instó a los socios a aprobar esa pesada herencia legada. Había 768 socios presentes en el momento de la votación, de las 4.457 personas convocadas, escogidas en un sorteo que se ofició en junio de 2020. Con la audiencia esparcida en las gradas del Camp Nou, el recuento fue lento: 616 votaron a favor.
Un similar porcentaje votó la aprobación del presupuesto de la campaña 20-21, la actual. Faltan diez días para el cierre oficial y las previsiones de Bartomeu, irreales, no se cumplieron, ya que no hubo público en las gradas del Camp Nou ni en el Museu ni clientes en las tiendas.
«Sin querer hacer escarnio, se ha dicho y me preocupa, que parece que en el saco del covid cabe todo. El covid no es el único culpable», dijo Eduard Romeu, el sucesor de Moix, que será quien asuma la patata ardiente del «complejo momento» que atraviesa el Barça, eufemismo que utilizaron él y Laporta para no suavizar el panorama, enfrascados como están en transmitir «ánimo, fortaleza y optimismo». Tan delicado es que se pidió la tramitación de un crédito de 525 millones. Antes ya se ha pedido un crédito puente de 80 millones para poder pagar, en junio y julio, 75 millones por traspasos, 24 millones de impuestos y 57 millones de salarios porque no había tesorería suficiente
«Cuando vas cojo, caes»
«Las cosas ya se hacían mal, íbamos cojos, y cuando vas cojo y hay una adversidad, caes», espetó Romeu a Moix, que había justificado en los efectos de la pandemia las pérdidas legadas. «Eso no se podía prever», adelantó, tratando de exponer el tono de las reflexiones cuando irrumpió el covid-19 en el mundo. «Estiramos tanto el brazo como la manga, pero mejor tener el dinero en el campo y no en el banco», adujo, aferrándose a un viejo axioma de Cruyff antes de ser despedido por Núñez.
Pero Moix no habló de números para no poner en riesgo el éxito de la votación, la máxima pretensión de Laporta, que también defendió con vehemencia la permanencia del Barça a la Superliga.
El presidente pidió que se votara favorablemente desde su primera intervención para evitar la «parálisis institucional» que hubiera supuesto el no y para ello sugería a los socios que hicieran «un viaje imposible en el tiempo» para situarse en junio de 2020 (cuando se cerraron las cuentas) y en octubre de 2020 (cuando se elaboró el presupuesto).
De tripas corazón
«Hoy acaba una etapa que ha tenido demasiadas sombras y demasiados hechos que no deberían haberse producido nunca y que han manchado el escudo», dijo Laporta, haciendo de tripas corazón en
«La pandemia no se podía prever. No tenemos nada que esconder en las cuentas»
«Estiramos el brazo como la manga, y mejor tener el dinero en el campo que en el banco»
JORDI MOIX EXVICEPRESIDENTE ECONÓMICO DE BARTOMEU
«Termina una etapa con demasiadas sombras y demasiados hechos que han manchado el escudo»
«Cuando acabe la auditoría, pediremos responsabilidades si se detectan irregularidades, pero no vamos con ánimo de revancha»
JOAN LAPORTA PRESIDENTE DEL BARÇA
«La deuda desde julio de 2018 a marzo de 2021 ha aumentado en 492 millones. La deuda acumulada es de 1.044 millones»
EDUARD ROMEU VICEPRESIDENTE ECONÓMICO DEL BARÇA
ese conflicto interno entre la necesidad de salvar a Bartomeu y la indignación interior que siente por la grave situación de la entidad. «Cuando acabe la auditoría, pediremos responsabilidades si se detectan irregularidades, pero no vamos con ánimo de revancha», aseguró, aplazando hasta octubre la exposición de la situación real del Barça.
De los números dio una pincelada Romeu, salvado ya el escollo. Explicó que la deuda desde julio del 2018 a marzo del 2021 ha aumentado en 492 millones. Y, según sus cuentas, la deuda acumulada del Barça es de 1.044 millones. «Es una cifra móvil: papel que levantamos, sorpresa que encontramos», dijo. Habrá más sorpresas mientras no concluyan las auditorías. Después del verano, se celebrará otra asamblea. Será la buena.