«La dieta en Marte tendría plantas, algas, insectos y carne ‘in vitro’»
¿Qué comeremos en Marte? ¿De dónde sacaremos el oxígeno, el agua y la energía? Ingeniera aeronáutica por la UPC, jefa de investigación de sistemas de soporte vital en la universidad de Stuttgart y miembro del equipo SONet, que ha diseñado la ciudad marcia
— En Marte, Matt Damon sobrevive plantando patatas.
— En la película se trata de una situación de emergencia, pero en las misiones espaciales tendremos que ser capaces de producir la comida allí donde estemos, sea en una estación, en Marte o en la Luna. No podemos depender de que nos envíen cosas desde la Tierra.
— ¿Cómo sería un menú en el planeta rojo?
— Estamos en una fase preliminar y aún no hemos diseñado platos concretos, pero la idea es cambiar la alimentación para hacerla más eficiente. La dieta en Marte tendría un 50% de plantas, un 20% de algas y el resto serían insectos, carne
in vitro, setas y otros organismos.
— ¿Por qué insectos?
— Porque pueden ser muy eficientes por temas de espacio y cuesta poco hacerlos crecer. No nos inventamos nada. En Asia hace mucho tiempo que los comen.
— La eficiencia es clave en un entorno tan hostil.
—Por eso tenemos que reducir considerablemente la superficie de cultivo. Mientras en la Tierra se usan entre 6.000 y 8.000 metros cuadrados por persona, calculamos que en Marte tendríamos bastante con 100.
— En la Estación Espacial Internacional ya cultivan lechugas y coles asiáticas.
— Pero aún son experimentos que apenas tienen el tamaño de un microondas y con eso no alimentas ni a un astronauta.
— Su trabajo combina tecnología punta y organismos primitivos.
— Como ingeniera aeronáutica le tengo mucho respeto a la biología. ¡En casa nunca sé si les pongo mucha o poca agua a las plantas! He aprendido que las plantas se adaptan a muchas situaciones. Si falla algo o no hay luz, aguantan hasta que las condiciones mejoran. La vida siempre encuentra su camino.
— Concretamente, usted investiga con algas.
— Son microalgas que ya existen en forma de complemento alimenticio en la Tierra. La espirulina y la
chlorella son muy ricas en proteínas y solo pueden sustituir un 30% de lo que comemos cada día.
— Es paradójico que podamos ir al espacio y seamos tan dependientes de seres unicelulares.
— En la Tierra también dependemos de estos organismos primitivos. Las algas representan entre el 60% y el 75% del oxígeno que hay en el planeta.
—¿Marte nos hace más conscientes de nuestra dependencia?
— Para conseguir vivir un día en Marte tenemos que luchar contra unas condiciones ambientales extremas y esto nos obliga a llevar nuestra investigación al límite de lo que sería prácticamente imposible. Estas tecnologías nos pueden servir para mejorar la situación en la Tierra, pero también para hacernos reflexionar. Podemos aprender y hacerlo mejor.
— ¿Podremos ir a Marte sin exportar lo peor de la humanidad?
— Tenemos que hacernos muchas preguntas si realmente queremos construir una ciudad que perdure. Son preguntas que también tendríamos que hacernos en la Tierra.
— ¿Explorar otros planetas nos hará más responsables?
— Es uno de los argumentos que damos los que nos dedicamos a esto cuando nos dicen que por qué se gasta tanto dinero en el espacio, en lugar de invertirlo en solucionar los problemas de la Tierra.
— El espacio nos da perspectiva.
— A veces nos cuesta ver las cosas y Marte justamente nos da esta perspectiva. Nos alejamos y vemos que quizá no nos hace falta cultivar utilizando tantos recursos.
— Pero los problemas cada vez son más complejos y necesitamos ir más lejos para ver más claro.
— Necesitamos una perspectiva, literalmente, de millones de kilómetros. Todo empezó con las primeras misiones a la Luna. Cuando se vieron las primeras imágenes de la Tierra desde el exterior despertó nuestra conciencia sobre la fragilidad del planeta.
— ¿Es optimista entonces?
— Tenemos que intentar ser realistas, manteniendo la esperanza pero siendo conscientes de nuestras limitaciones y errores. Necesitar Marte como plan B sería para mí un escenario muy pesimista.
— ¿Por qué?
— Tenemos que ser capaces de no necesitar un plan alternativo a la Tierra. Creo que iremos a Marte y aprenderemos mucho, pero iremos por nuestro afán de explorar e ir más allá, no porque necesitemos una alternativa para sobrevivir.
— La ciudad que han diseñado en Marte se llama Nüwa, como una diosa china. ¿Existe la mirada de género en los estudios espaciales?
— Las mujeres representamos un porcentaje relativamente pequeño. Yo estudié Ingeniería Aeronáutica en la Universitat Politècnica de Catalunya, en Terrassa, y éramos un tercio de mujeres.
— Creía que serían menos.
— Fue un año excepcional. A lo largo de mi carrera ese porcentaje ha ido a la baja. Actualmente, en mi trabajo en la universidad de Stuttgart, somos un 10%. Supongo que con los años iremos mejorando.
— Elon Musk prevé que una misión tripulada aterrice en Marte en 2024; Obama, en 2030, ¿y Detrell?
— Hasta ahora Elon Musk ha cumplido todo lo que ha prometido, pero creo que 2024 es muy pronto, quizá un poco después.
«La tecnología para viajar a Marte puede servir para mejorar las cosas en la Tierra» «Las misiones a la Luna despertaron la conciencia sobre la fragilidad de la Tierra» «Iremos a Marte por nuestro afán de explorar, no por necesidad de sobrevivir»