«Toca que el mundo escuche a Cuba»
Tanto dentro del país como en el exilio, las estrellas de internet cubanas se han unido a las protestas contra el régimen. «Que me lleven, miedo no hay», asegura una ‘influencer’ sobre la posibilidad de ser arrestada.
Internet se ha convertido en una de las principales formas de lucha contra el Gobierno en Cuba. Pese a los constantes cortes de luz y conexión, muchos jóvenes cubanos se las han arreglado para que su voz sea escuchada dentro y fuera de su país. Con miles de seguidores a sus espaldas, estos influencers, de dentro de la isla y en el exilio, se han convertido en un auténtico quebradero de cabeza para el régimen, que está empezando a tomar medidas contra ellos.
La detención de la conocida Dina Stars mientras la entrevistaba en directo la cadena española Cuatro se hizo viral la semana pasada. Stars fue puesta en libertad 24 horas después y no dudó en volver a denunciar las actuaciones del Gobierno contra sus compatriotas. «Es momento de que el mundo nos escuche», asegura. Además, ella misma ha explicado que el motivo de su detención fue el de «instigación a delinquir» por promover las marchas.
Pero Stars no es la única influencer que ha pasado por los calabozos. El tuitero Ariel González (@YoUsoMiNasobuco) estuvo detenido una semana tras filmar la primera jornada de protestas en el Malecón de La Habana, el pasado 15 de julio. Durante días, nadie supo de su paradero. «Está en alguna prisión, pero ninguna nos confirma nada», lamentaba la familia del joven antes de descubrir su ubicación. Su hermano denunció que no había motivos para mantenerlo retenido más allá de su influencia en las redes sociales.
Pese a que Stars critica en las redes que hay quienes siguen «bailando» en sus vídeos «en un momento como este», la mayoría de los creadores de contenido, se dediquen a la comedia, la moda o los videojuegos, no han dudado en utilizar sus plataformas como altavoz para sus compatriotas.
Entre ellos está Emma Style, que ha cambiado las fotos de sus outfits por vídeos en las manifestaciones o por publicaciones sobre jóvenes detenidos por el hecho de protestar. «Si me van a apresar por simplemente lo que ellos mismos están haciendo y por ayudar a encontrar a los desaparecidos, pues que me lleven. Miedo no hay», afirma la joven.
Campaña para reunir medicinas
San Memero, un perfil dedicado principalmente a difundir memes y chistes, está centrando ahora sus cuentas en la detención de decenas de jóvenes y publica capturas de pantalla de los mensajes que recibe sobre cuál puede ser su paradero. «Es de madrugada y quiero recordarte que hoy cientos de jóvenes no dormirán en su cama», recuerda. Asimismo, el tuitero ha iniciado una campaña para ayudar a sus compatriotas a conseguir medicamentos.
Mientras que quienes viven dentro del país se arriesgan a ser arrestados publicando vídeos y mensajes, desde fuera, los influencers exiliados intentan utilizar su poder en las redes para que el mundo entienda de primera mano lo que ocurre en su país. Son los casos de Lisandra Silva o Rachel Vallori, que desde el extranjero comparten con sus millones de seguidores información sobre lo que pasa en la isla, piden ayuda a sus países de acogida y dan datos sobre marchas a las que acuden.
Desde Miami, donde reside la mayor proporción de cubanos en el extranjero, youtubers e instagramers cubanos intentan ser escuchados en redes, medios de comunicación y las mismas calles, desde donde exigen la liberación de los creadores de contenido detenidos y el resto de arrestados. Adriano López (@Comepizzah) reclamaba la semana pasada, en el informativo del canal estadounidense Telemundo, la puesta en libertad de sus amigos . «Si estuviera ahí yo también estaría detenido», lamentaba.
Estos jóvenes confían en su poder de influencia para poder cambiar las cosas en la isla. «Como voz, mi pueblo me necesita, mi gente, mis seguidores, mi familia», subraya Emma. Pese a la represión contra ellos, todos manifiestan su orgullo y confían en poder ayudar a su país, sin importar las dificultades que se encuentran o las posibles detenciones.
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