Impacto en el bolsillo del ciudadano
Una elevada inflación empobrece a asalariados y pensionistas al producirse una pérdida de poder adquisitivo
La inflación se define como un alza generalizada y continua de los precios de bienes y servicios. Se considera que una tasa de inflación entre 1,5% y 2,5% anual es la adecuada para una economía saludable y en crecimiento. El proceso de inflación puede generarse a partir de la inflación de oferta o de costes, provocados por un incremento de salarios o por un aumento en el precio de las materias primas (por ejemplo, petróleo o cobre). El proceso de inflación puede generarse también a partir de la inflación de demanda, provocado por un exceso de crecimiento de consumo o de inversión (por ejemplo, la inflación que se generó durante 2004 a 2008 fruto de la burbuja inmobiliaria).
Una inflación creciente y elevada tiene efectos negativos sobre la economía. La inflación no es nunca totalmente predecible, implica incertidumbre y por lo tanto desincentiva la inversión y el ahorro. Por otro lado, una elevada inflación empobrece a aquellas personas con ingresos fijos, como asalariados y pensionistas, al producirse una pérdida de poder adquisitivo. Otro efecto lo veríamos en mayores costes de adquisición de productos y servicios, o la falta de rentabilidad en los depósitos bancarios o productos financieros que paguen un tipo de interés fijo. Una ventaja de un entorno con inflación elevada sería para aquellas personas que tengan créditos con tipos de interés fijos.
En los últimos meses observamos un aumento de las tasas de inflación en la gran mayoría de economías mundiales. Por ejemplo, en la zona euro, la tasa del IPC aumentó del -0,3% en diciembre de 2020 hasta el 1,90% en junio de 2021. Este intenso incremento podemos considerarlo coyuntural, basado en lo que se denomina efecto base de cálculo. Recordemos que, durante el periodo de confinamiento, el precio del petróleo Brent cayó hasta 22 dólares por barril. Desde entonces, en la medida en que se recuperan progresivamente los niveles de actividad, el petróleo vuelve a cotizar a 75 dólares. Esto justifica una gran parte de la subida de los indicadores de inflación en el primer semestre de 2021. Podemos pensar en un efecto coyuntural y que los indicadores de inflación tenderán a moderarse en los próximos meses. El resto de los componentes de la cesta de cálculo de la inflación se mantienen dentro de unos límites moderados.
A corto plazo observamos ese repunte de la inflación, pero se mantienen los factores estructurales que contribuyen a mantenerla baja, como la sobrecapacidad productiva, la globalización de la economía, el uso creciente de robótica y ordenadores, las telecomunicaciones baratas y una gran reserva de mano de obra barata en las economías emergentes. Posiblemente, en el transcurso de los próximos meses vivamos un proceso de moderación de la inflación.
Quienes tienen créditos a tipo fijo salen ganando en un entorno de precios al alza