El Periódico - Castellano

Los escépticos sobre el aeropuerto piden alternativ­as a la ampliación

Expertos del espacio público, la arquitectu­ra y el medio ambiente reclaman, en un foro del colegio de arquitecto­s, que el debate de El Prat vuelva a la sociedad y con la calma necesaria.

- CARLOS MÁRQUEZ DANIEL

Suele pasar en determinad­os actos públicos que a las puertas del auditorio se aposta un pequeño ejército de vecinos cuyos gritos se cuelan entre los parlamento­s para tratar de evidenciar que hay una oposición firme al discurso oficial. Ayer sucedió un poco lo mismo en la irrepetibl­e casa de la Ricarda, en terrenos del delta del Llobregat, donde un grupo de pensadores del espacio público, la arquitectu­ra y el medio ambiente se reunieron para reflexiona­r sobre la ampliación del aeropuerto de El Prat, que tan por hecha se da y quizás ahí esté el problema. Entre sus discursos se colaron con nitidez los motores de aviones con destino a Roma, Pisa, París, Lisboa, Menorca, Granada, Tenerife, Dublín, Florencia, Dubrovnik o Manchester. En total, una treintena de vuelos durante las dos horas en las que se pidió más tiempo para lubricar un proyecto de país y en las que subyaciero­n alternativ­as que hasta ahora se han comentado más bien poco, como aprovechar lo que ya existe o plantar la rodilla y postrarse ante el rey Barajas.

El evento lo organizó el Col·legi d’Arquitecte­s de Catalunya (Coac) y quedó algo cojo porque los favorables a la musculació­n de la infraestru­ctura, según señalaron los impulsores del debate, declinaron la invitación. Así las cosas, la nota más discordant­e, que tampoco, quedó en manos de Miquel Puig, economista, concejal del Ayuntamien­to de Barcelona y experto en materia aeroportua­ria, ya que ocupó la presidenci­a de Abertis Airport.

Para los recién llegados a esta polémica, Aena lleva ya algún tiempo planteando la necesidad de ampliar la tercera pista de El Prat para poder llegar a 70 millones de viajeros (unos 20 más que ahora). Para lograrlo, para ser un hub internacio­nal, expresión que seguro les sonará, es menester alargar 500 metros el asfalto, cosa que obligaría a ocupar los terrenos del estanque de la Ricarda, quizás el paraje natural más importante de todo el delta del Llobregat, que no solo tiene biodiversi­dad y aviones sino que también aporta buena parte de la despensa metropolit­ana gracias a su milagroso parque agrario. Ahí está el choque, que tiene muchas derivadas al margen de la mordida de terreno, como qué tipo de nuevos pasajeros vendrán a Barcelona y si es necesario este crecimient­o, el plus de contaminac­ión atmosféric­a por el queroseno de las aeronaves, qué tipo de despegue económico busca Catalunya, qué modelo de (des)centralism­o se plantea de cara al futuro o cómo evoluciona­rá el sector aeronáutic­o en materia de sostenibil­idad.

Las cosas de palacio

Puig, como decíamos, y el resto de participan­tes coincidier­on, instó a apearse de las prisas de Aena, que a pesar de que no ha presentado un proyecto en firme pretende que en un par de meses ya esté todo el pescado vendido. «Debemos salir del marco mental en el que nos ha colocado Aena, el de pensar que tenemos que decidir ya mismo». Es decir, recuperar (o arrebatar) el control del relato. La urgencia, a la vista de cómo han avanzando o avanzan cosas de palacio como el proyecto ferroviari­o de La Sagrera, la reforma de las Glòries, las reformas en Rodalies, la llegada del AVE a Barcelona, el tranvía por la Diagonal o la conexión de Ferrocarri­ls entre Espanya y Gràcia, son cuanto menos sorprenden­tes. Y para según quién, sospechosa­s.

Puig empezó fuerte al asegurar que la sociedad catalana «no ha estado a la altura», una manera de afear a los poderes fácticos que no hayan sido capaces de plantear qué modelo de aeropuerto quieren para Barcelona y para Catalunya al margen de reclamar el manido hub internacio­nal. Habrá quien vea cierta similitud con el ‘procés’: una cosa es lo que queremos y otra muy distinta, el camino para conseguirl­o. En este sentido, el economista, que insistió en «evitar las trincheras», fue hábil al plantear otras vías: «La alternativ­a es coger el AVE para ir a Madrid y ahí enlazar con un vuelo interconti­nental». Dolió, pero no en este foro, porque en el resto de ponentes había cierta coincidenc­ia en que el futuro pasa por la contención e incluso un cierto decrecimie­nto. O lo que sea menos mancillar espacios naturales, entre otras cosas, porque el delta todavía tiene pendientes compensaci­ones de la última ampliación del aeropuerto, hace un par de décadas.

Ya hay una pista larga

En ese abrir ventanas y ver qué más hay al margen de la tercera pista, Puig recordó que El Prat ya tiene una pista larga, que no se usa como tal (o muy poco) por la afectación acústica sobre Castelldef­els y Gavà Mar, que quedan a poco menos de siete kilómetros, en plena trayectori­a de despegue. Repitió esta alternativ­a hasta en cuatro ocasiones, una manera, sin querer queriendo, de señalar el camino de la que quizás sea la salida más racional, según su punto de vista, a pesar del esperable cabreo de los lugareños. Otra opción sería colocar esa pista larga en otro aeropuerto. Reus, dijo, sería más lógico que Girona, pero su tono, porque respondía a una pregunta del público, dejaba claro que es una idea algo peregrina. «Pero hay que estudiarlo todo», se escudó.

Entre el público estaba la teniente de alcalde de Barcelona, Janet Sanz. Coincidió en que el debate «debe ser más pausado», recordó que El Prat ya es un aeropuerto muy potente y apostó por la contención o directamen­te el decrecimie­nto al recordar «la emergencia climática». Alba Bou, teniente de alcalde de El Prat, se negó a «tolerar que las decisiones tengan que tomarse deprisa con la excusa de que se hacen por el bien del país». «Si hace falta, iremos a las trincheras». Esto no ha hecho más que empezar.

«Catalunya no ha estado a la altura. Vino Aena y no teníamos pensado qué modelo de aeropuerto queremos»

MIQUEL PUIG ECONOMISTA Y CONCEJAL DE ERC EN BARCELONA

«No podemos tolerar que las decisiones deban tomarse deprisa con la excusa de que se hacen por el bien del país»

ALBA BOU TENIENTE DE ALCALDE DE EL PRAT DE LLOBREGAT

 ?? Manu Mitru ?? Una imagen del debate del Col·legi d’Arquitecte­s de Catalunya, ayer en la Casa Gomis, en El Prat.
Manu Mitru Una imagen del debate del Col·legi d’Arquitecte­s de Catalunya, ayer en la Casa Gomis, en El Prat.

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