Pantallas cada vez más tempranas
En plena reflexión sobre el impacto de la tecnología en nuestro día a día, un equipo de expertos de los ámbitos de la salud, la pedagogía, la educación y la psicología han presentado, con motivo del Día Mundial de Internet, celebrado ayer, el Manifest Infància i Pantalles, un informe en el que piden replantear las estrategias para que la infancia pueda desarrollarse sin quedar sobreexpuesta a las pantallas que incesantemente parpadean a nuestro alrededor en busca de atención.
El manifiesto, al que ya se han sumado más de 50 entidades e instituciones catalanas vinculadas a la salud de los menores, alerta del «gran desconocimiento de los efectos contraproducentes que tiene la exposición a las pantallas de forma abusiva y continuada». La evidencia científica señala que el uso descontrolado de los teléfonos móviles, los ordenadores o la televisión, entre otros, afecta el desarrollo cerebral, físico y emocional de los niños de 0 a 6 años.
Así, ese abuso podría tener efectos negativos en el plano cerebral, como la capacidad lectora, en la expresividad, en la atención o en la gestión de los impulsos. También podría perjudicar el «descubrimiento del propio cuerpo», favorecer un estilo de vida sedentario y causar dificultades para dormir, lo que puede condicionar problemas emocionales o cognitivos. La sobreexposición a las pantallas también puede golpear la salud emocional de los niños, no solo cuando sustituyen la interacción cara a cara que permite empatizar más con los demás, sino también acentuando la posibilidad de sufrir estrés, TDAH, aislamiento social e incluso rasgos depresivos en edades más avanzadas.
Sin precedentes
Los firmantes del manifiesto denuncian la falta de políticas que regulen la llamada economía de la atención y la adopción «acrítica y generalizada» años es el periodo crítico de desarrollo cognitivo. del concepto nativos digitales, que defiende que los más pequeños estén en contacto con las tecnologías, idea «muy discutida en los entornos académicos y profesionales». «A través de las aplicaciones infantiles, las criaturas están expuestas a una explotación comercial sin precedentes», reza el texto. «Usan precozmente App, juegos y dispositivos que no están adaptados a su maduración cerebral y que al mismo tiempo tienen como principal objetivo recoger información personal de los menores con voluntad comercial».
Es por todo ello que el Manifest Infància i Pantalles propone siete vías de actuación para responder al impacto de las pantallas en los menores. Las dos primeras pasan por potenciar la investigación para tener una mayor evidencia diarias es el tiempo que dedican los jóvenes de entre 8 y 11 años al ocio digital. sobre cómo el abuso de los dispositivos conectados a internet afecta a los más pequeños y por concienciar a la ciudadanía para que se deje de normalizar este uso durante los primeros tres años de vida del niño.
Otras propuestas son que las autoridades promuevan un estilo de vida saludable, con alternativas al mundo conectado, para que los infantes tengan un espacio seguro en el que desarrollar sus capacidades. Los profesionales de la infancia deberán ser transmisores de esas concienciación para poder acompañar a las familias con talleres y formación específica sobre el uso de las pantallas.
Sin embargo, para impulsar cambios reales este grupo de expertos también propone medidas legislativas concretas. Así, se exige a las autoridades regular las empresas tecnológicas para limitar su capacidad para recoger datos personales de los niños con finalidad comercial; promover promover políticas de conciliación familiar y facilitar el acceso gratuito a recursos para la infancia; crear una regulación de protección que tenga en cuenta el impacto de los contenidos audiovisuales sobre los menores; y establecer un etiquetaje que desaconseje ese tipo de productos de entretenimiento sobre esa franja poblacional.
El equipo impulsor de este manifiesto está formado por el psicólogo Vicenç Arnaiz, la doctora en Sociología Liliana Arroyo, la psicóloga clínica Dominica Díez, la maestra y pedagoga terapéutica Cristina Fraga, la maestra Anna Garrido, el doctor en Educación Social Roger Llopart, la artista y diseñadora Laia Miret, la doctora en neurociencias Marta Portero, la maestra y pedagoga Anna Ramis, la educadora social Carme Raya y la médica pediatra Sílvia Urraca.
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