Ann Cook: «Debería haber otras vías de acceso a la universidad»
La directora de una red de institutos públicos de Nueva York exentos de la selectividad logra, con los buenos resultados de sus alumnos, que la CUNY cambie el sistema de admisiones.
Catalunya tendrá una nueva selectividad en el curso 2023-2024 basada en exámenes más competenciales. Este nuevo enfoque de acceso a la universidad fue ayer el tema de una de las conferencias celebradas en Barcelona en el marco de la Conferencia Mundial de Educación Superior de la Unesco, en la que las profesoras Ann Cook y Michelle Fine explicaron la exitosa experiencia de la ciudad de Nueva York, en la que 39 institutos públicos (el New York Performance Standards Consortium) de entornos desfavorecidos han quedado exentos de los exámenes externos finales para obtener el título de Bachillerato y para acceder a una universidad pública.
«Ideamos un sistema de evaluación que nos permitiera preparar mejor a los alumnos para el futuro. Ese sistema iba a cambiar el currículum y los métodos de enseñanza». Así resume la filosofía del cambio la profesora Ann Cook, directora ejecutiva del Consortium. Una filosofía que va en línea del modelo competencial que ya se imparte en primaria en Catalunya y que la Lomloe incorpora y extiende a la ESO y al Bachillerato.
Más interés por aprender
Lo que en Nueva York empezó como un programa piloto quedó oficializado en 1998. ¿El resultado? «Nuestros estudiantes estaban mejor preparados, tenían más entusiasmo por aprender y los profesores más interés por permanecer en su escuela», señala Cook.
El Consortium se propuso entonces conseguir que la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY) aceptara a sus estudiantes, la mayoría de ellos de origen migrante y sin recursos .
En 2014, la CUNY aceptó incorporar, también de forma piloto, a un grupo de estos estudiantes «para ver qué pasaba». ¿Y qué pasó? «Empezaron a analizar los resultados y vieron que a los chicos les iba bastante bien. Eso nos ayudó a mantener el programa. Un millar de jóvenes habrán pasado ya por CUNY», explica Cook. Un 73% de los bachilleres de las escuelas del Consortium sigue estudios universitarios. «Y son más pobres, más inmigrantes, más negros y latinos y con más discapacidades que el resto de la ciudad. El sistema de evaluación crea una cultura, un currículum y una comunidad que prepara a estos jóvenes y hace que se interesen por ir a la universidad. Y les va muy bien», explica satisfecha esta profesora.
Michelle Fine, profesora de CUNY, lo confirma. «Les va muy bien comparado con los alumnos que vienen por la vía de los exámenes externos porque los alumnos del Consortium están acostumbrados a escribir, leer, trabajar con el profesor, a recoger feedback ya revisar sus trabajos. Producen conocimiento, lo que les da el músculo intelectual para navegar por la universidad. Y una vez en la universidad, persisten», expone.
Tan bien ha ido que la CUNY ha cambiado su sistema de admisiones. Este ya no se basa solo en los exámenes, sino en otros elementos, como el conjunto de trabajos de estos alumnos. A juicio de Cook y Fine, hay aquí, en el sistema de admisiones, camino por recorrer.
«Debería haber múltiples vías de acceso a la universidad. Algunos pueden acceder a través de exámenes. Atletas, músicos y artistas entran con otros criterios. Y para otros alumnos se deberían valorar sus trabajos», apunta Cook.
Los alumnos del Consortium se topan con dos sorpresas en la universidad. «Están acostumbrados a tener buenos profesores y cuando llegan a la universidad no encuentran interesantes a los profesores.
También están habituados a escribir ensayos y se sorprenden del miedo de sus compañeros a escribir», cuenta Fine.
«Busca un buen profesor»
Y ahí entra Cook a cuestionar que «cualquiera con un título cree que puede ser profesor». Y apunta que a menudo se pone el foco en los profesores de primaria y secundaria pero no en los universitarios. Y da un consejo a los estudiantes universitarios: «No os apuntéis a clases, apuntaos a un profesor. Preguntad qué profesor es bueno, interesante, motivador. Encontrad quiénes son buenos enseñando».
Cook expone una dificultad: «A los profesores los forman para que sus alumnos pasen exámenes. Estamos intentando cambiar toda una cultura de la educación. Y hay resistencia porque profesores y familias piensan en cómo les enseñaron a ellos. Con exámenes. Muchos de nuestros graduados universitarios vuelven a sus institutos a enseñar. Y son los mejores profesores porque no les tienes que convencer de que hay una nueva y mejor manera de enseñar». ■
El 73% de los alumnos del Consortium siguen estudios universitarios
«Les va bien porque están habituados a leer, escribir, analizar y discutir»