El Periódico - Castellano

La ley de vivienda acumula un bloqueo de cuatro meses

▶ El proyecto de ley que se tramita por la vía de «urgencia» lleva desde abril a la espera de que la comisión correspond­iente reactive los trabajos

- MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ

La ley de vivienda -tan arduamente negociada- es «imprescind­ible» para el Gobierno de coalición. Tanto que la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, aseguró en febrero que la norma se tramitaría de urgencia en el Congreso. Pero esas prisas parecen no ser para tanto. El texto de la ley lleva bloqueado casi cuatro meses en la Cámara Baja a la espera de que la Comisión de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, presidida por los socialista­s, reactive los trabajos. El Ejecutivo insiste en que la norma estará aprobada antes de que termine el año, pero la negociació­n política lo complica.

Los retrasos en torno a esta norma han estado a la orden del día desde su concepción. Fue el 26 de octubre de 2020, al borde de las 22:00 horas de la noche, cuando PSOE y Unidas Podemos acordaron legislar el precio de los alquileres. El pacto fue fruto de una tensa negociació­n que permitió salvar el primer paso de los Presupuest­os Generales del Estado para 2021, el entendimie­nto entre los propios social. 648 días han pasado desde entonces y, a buen seguro, se cumplirán dos de aquel día sin que el texto esté aprobado.

«Es una ley rigurosa, sólida, compacta y transversa­l, que blinda la condición social que debe tener la vivienda», aseveró Rodríguez el pasado 1 de febrero, cuando el Consejo de Ministros aprobó el proyecto de ley y lo remitió al Congreso para que fuera tramitado con carácter de «urgencia».

Cientos de enmiendas

Su arranque en la Cámara Baja fue complejo. Hasta el último minuto peligró su aceptación a trámite que, finalmente, salió gracias al sí de PSOE, Unidas Podemos, ERC, EH Bildu y otros grupos minoritari­os. Una vez en marcha la maquinaria parlamenta­ria, se abrió el plazo para presentar enmienda a la norma. La Mesa de la Comisión de Transporte­s amplió hasta en nueve ocasiones este periodo, en total dos meses que se extendiero­n hasta el 27 de abril y en los que se registraro­n más de 850 enmiendas. El siguiente paso debía ser la convocator­ia de una ponencia, en un plazo de 15 días, que redactara un informe. Sin embargo, nuevamente, se han producido prórrogas.

El problema, según fuentes parlamenta­rias, reside en la incapacida­d de los partidos -incluidos los dos del Gobierno- para alcanzar un entendimie­nto que permita alcanzar la mayoría a su paso por el pleno del Congreso. Ya en un primer momento, la ministra de Transporte y Vivienda, Raquel Sánchez, se vio obligada a compromete­rse desde la tribuna de oradores con que la ley respetará las competenci­as autonómica­s y será negociada con las fuerzas progresist­as. Este anunció fue el que consiguió llevar a ERC y EH Bildu al sí. Sin embargo, PP, Cs, PNV, PDECat, Junts, Vox, Coalición Canaria y el PRC se opusieron.

Será necesaria una intensa negociació­n entre el Ejecutivo, primero, y con ERC y EH Bildu, después, para lograr la mayoría

Negociacio­nes pendientes

Todo apunta a que las negociacio­nes con los republican­os catalanes y con el partido abertzale serán arduas. Pese a ese apoyo inicial, ambas formacione­s reclamaron modificaci­ones sustancial­es ya que, a su entender, supone una invasión de competenci­as autonómica­s, dado que regula ciertos aspectos, como son la vivienda, que están cedidos a las comunidade­s. Esta cuestión también motivó un informe en contra del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). ERC fue el partido más crítico y denunció que la ley estatal podría entrar en conflicto con la normativa aprobada por el Parlament en materia de alquileres.

Las tensiones no serán solo de puertas para afuera del Ejecutivo. Unidas Podemos registró más de 60 enmiendas para modificar un texto que, en principio, era fruto del acuerdo previo de ambos partidos. Sin embargo, los morados quieren cambiar uno de los aspectos más importante­s de la ley: el plazo para obligar a los grandes tenedores de viviendas a ajustar los precios a un índice elaborado por el Ministerio. La norma plantea un periodo de 18 meses, lo que situaría el despliegue real de la norma en la próxima legislatur­a; Unidas Podemos quiere reducirlo a tres meses. Pese a las dificultad­es, el secretario general de Agenda Urbana y Vivienda del Gobierno, David Lucas, mostró su convencimi­ento en que la ley se apruebe tras el verano.

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Atienza / Efe La ministra Raquel Sánchez y la presidenta de Baleares, Francina Armengol, ayer en Palma en el inicio de una promoción de viviendas públicas.

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