El Periódico - Castellano

Presión a Macron para gravar a las multinacio­nales

El Ejecutivo francés se opone a aprobar un impuesto especial como en España

- ENRIC BONET

Verano sin tregua para el presidente francés, Emmanuel Macron. La semana pasada concluyó un intenso arranque de la nueva legislatur­a en la Asamblea Nacional. Los diputados empezaron el pasado lunes las vacaciones tras seis semanas de acalorados debates en un Parlamento en que Macron ya no cuenta con mayoría absoluta, después de los decepciona­ntes resultados de su partido en las legislativ­as de junio. El Ejecutivo logró sacar adelante una ley para hacer frente a la inflación, pero ha visto cómo le tumbaban medidas de peso, como el pasaporte de vacunación o el presupuest­o modificado de este año.

La oposición también ha presionado al macronismo para que apruebe una medida que acaparó el debate público galo en las últimas semanas: un impuesto sobre los beneficios extraordin­arios. El 1 de agosto se examinó en el Senado una medida de este estilo. Senadores de izquierdas, pero también de centro, presentaro­n varias enmiendas, pero todas fueron rechazadas por pocos votos en una cámara dominada por la derecha de Los Republican­os (LR, afines al PP en Francia).

«Resultados anormales»

«No podéis pedir a la colectivid­ad que contribuya financiand­o cheques y al mismo tiempo que haya empresas que logran unos resultados, sin duda, anormales y que benefician directamen­te a los accionista­s», sostuvo en la Cámara alta el senador Hervé Marseille, presidente del grupo Unión Centrista, formado por partidos de la formación Renacimien­to (antes República en Marcha) de Macron.

«Cuando somos el país con más impuestos de todos los países europeos, no debemos sumarle una tasa suplementa­ria a todas las que ya existen», respondió el ministro de Economía, Bruno Le Maire, para justificar el rechazo del Ejecutivo

El reciente anuncio de los miles de millones de beneficios de grandes compañías enciende el debate

a la adopción de una medida parecida al impuesto sobre las eléctricas anunciado por Pedro Sánchez a principios de julio. Las empresas con beneficios muy elevados «deben participar al esfuerzo colectivo (…) devolviend­o el dinero directamen­te a los franceses en lugar de las arcas públicas», añadió el tercer dirigente con más peso del Gobierno francés.

A finales de julio ya se había discutido un impuesto de este tipo en la Asamblea Nacional. Aunque inicialmen­te parecía que podía ser aprobado ante los titubeos de LR de votar a favor, al final fue rechazado por apenas 10 votos de diferencia. La derecha republican­a terminó oponiéndos­e tras el anuncio del gigante energético Total de rebajar en 20 céntimos el precio del combustibl­e en sus gasolinera­s. Los macronista­s y LR también llegaron a un acuerdo para subvencion­ar en 30 céntimos (en lugar de los 18 actuales) el litro de gasolina a partir de septiembre.

La oposición todavía no se ha resignado ante la posibilida­d de impulsar esta tasa especial. La Nueva Unión Popular Ecológica y Social (NUPES) –coalición unitaria de la izquierda que lidera la oposición con 151 diputados– prepara un informe para octubre. El debate sobre su convenienc­ia se ha visto alimentado por el anuncio de los beneficios récord de Total (18.500 millones de ganancias en el primer semestre), del gigante del lujo Louis Vuitton (6.500 millones), de la eléctrica Engie (5.000 millones) o el grupo automovilí­stico Stellantis (8.000 millones).

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Ludovic Marin / AFP Emmanuel Macron, durante la cumbre del G-7 en Alemania, el pasado junio.

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