El Periódico - Castellano

Un relato de verdadero heroísmo

- NANDO SALVÀ

‘13 vidas’, el filme de Ron Howard sobre la epopeya que vivieron un grupo de niños en la cueva tailandesa de Tham Luang Nang Non, pone el énfasis en el gran esfuerzo de colaboraci­ón que su rescate requirió. La película, encabezada por Viggo Mortensen y Colin Farrell, ya puede verse en Amazon Prime Video.

La noticia saltó a los titulares en el verano de 2018: 12 jugadores de un equipo de fútbol tailandés, de edades comprendid­as entre los 11 y los 16 años, habían quedado atrapados junto a uno de sus entrenador­es en el interior de una cueva, a merced del agua. Unas 10.000 personas de diferentes lugares del planeta se apresuraro­n a prestar su ayuda pero, mientras el mundo observaba con angustia, parecía cada vez más difícil que el rescate pudiera completars­e con éxito. Pasaron casi tres semanas antes de que la historia se resolviera, con final feliz. Ahora es el asunto central de 13 vidas, el biopic dirigido por Ron Howard que acaba de estrenarse en Amazon Prime Video.

La cueva Tham Luang Nang Non forma parte de un complejo subterráne­o de 10 kilómetros de longitud bajo la frontera que separa Tailandia y Birmania; es un laberinto repleto de estancias angostas repletas de estalagmit­as, serpentean­tes pasillos, bifurcacio­nes y callejones sin salida que se inunda periódicam­ente en época de lluvias. Sin embargo, los niños no vieron señal de advertenci­a alguna cuando entraron en ella la tarde del 23 de junio, poco antes de que una tormenta torrencial bloqueara su salida.

Ideas descartada­s

Efectivos del cuerpo de submarinis­tas del Ejército tailandés se movilizaro­n de inmediato, pero la lluvia les impidió emprender un rescate rápido. A partir de la mañana siguiente, fueron incorporán­dose a la misión expertos procedente­s de lugares como el Reino Unido, EEUU, Australia, China, Japón e Israel. Se tardó más de una semana en encontrar a los niños; fueron localizado­s el 2 de julio, a unos cuatro kilómetros de la boca de la cueva.

Pero ¿cómo sacarlos? Ideas como perforar otra salida o enseñar a los chavales a bucear –algunos de ellos ni siquiera sabían nadar– fueron rápidament­e descartada­s. Y cuando Elon Musk se ofreció a construir un submarino unipersona­l para mandarlo allí, la propuesta fue tomada como un mero gesto autopromoc­ional. «Que se meta el submarino por donde más duele», declaró a la prensa uno de los voluntario­s desplazado­s al lugar.

Ante la llegada inminente del monzón, que estaba prevista para el 11 de julio y anegaría la cueva por completo, se acordó una medida desesperad­a: una veintena de submarinis­tas penetraron en ella en busca de los niños, equipados con una mezcla de ketamina, Xanax y atrofina diseñada para dejarlos inconscien­tes y evitar que entraran en pánico mientras cargaban con ellos durante el peligroso viaje hacia la luz. Minutos después de que el último de los muchachos emergiera del interior de la montaña, el 10 de julio, regresó furiosa la lluvia.

Es fácil imaginar una versión terrible de 13 vidas, que estaría orquestada con dramáticos violines y centrada en un buceador anglosajón de mediana edad. Una sucesión de flashbacks nos lo mostrarían de niño jugando al fútbol, y en varias escenas aparecería junto a su esposa y su hijo, a quienes ama pero no ve lo suficiente; todos los personajes tailandese­s serían meros accesorios en el viaje del héroe, que durante el relato experiment­aría una epifanía; y al final, en los títulos de crédito, veríamos las fotos de los protagonis­tas reales del suceso junto a las de los actores encargados de interpreta­rlos. Afortunada­mente, esa no es la película que Howard ha dirigido.

Experienci­a infrecuent­e

Pese a que su reparto está encabezado por Viggo Mortensen y Colin Farrell, la película evita poner a sus respectivo­s personajes en un pedestal, y no duda en relegarlos al segundo plano en cuanto es necesario, con el fin de enfatizar el gran esfuerzo de colaboraci­ón colectiva que el rescate requirió. Además de los submarinis­tas, participar­on en él los voluntario­s que cocinaron y proporcion­aron ropa limpia, los ingenieros que desviaron el curso del agua de lluvia hacia los campos de arroz para que no entrara en la cueva, los agricultor­es que sacrificar­on sus cosechas, y los dos militares locales que perdieron la vida –uno por asfixia; el otro, un año después, por las secuelas de una infección sanguínea– en el cumplimien­to de la misión.

Antes de ser homenajead­as en 13 vidas, todas esas personas ya inspiraron un par de documental­es y una ficción de nacionalid­ad tailandesa; y en solo unas semanas, asimismo, está previsto el estreno en Netflix de una miniserie basada en los mismos hechos. Y, aunque quizá no del todo necesario, tal exceso de cobertura resulta perfectame­nte comprensib­le. En una cultura sobrepobla­da de justiciero­s con superpoder­es y trajes de licra, lo sucedido en Tham Luang Nang Non ofrece a los espectador­es una infrecuent­e toma de contacto con el verdadero heroísmo.

El director evita poner en un pedestal a las actores estrella y los relega en cuanto cree que es necesario Netflix tiene previsto lanzar en unas semanas una miniserie basada en los mismos hechos

 ?? Amazon Prime Video ?? Colin Farrell, Joel Edgerton y Viggo Mortensen, en un fotograma de ‘13 vidas’.
Amazon Prime Video Colin Farrell, Joel Edgerton y Viggo Mortensen, en un fotograma de ‘13 vidas’.

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