El largo camino del león
En verano de 2015 un dentista de Minnesota llamado Walter J. Palmer mató a Cecil, el león más famoso del parque nacional de Hwange y todo un icono para Zimbabue. La cacería se efectuó fuera de los límites del parque y con todos los permisos en regla, pero el impacto de la noticia puso de manifiesto la existencia de personajes como Palmer, que se dedican a cazar animales salvajes solo por diversión. A raíz de ese hecho se declaró el 10 de agosto Día del León, porque a pesar de la apariencia de animal invencible, este felino también está en peligro y hay que proteger su entorno. Es uno de los grandes mamíferos más populares y que desde las civilizaciones más antiguas siempre se ha asociado a una serie de valores y calidades.
Es curioso cómo en el curso de la historia se ve cómo ha ido variando el significado que se le ha otorgado en cada momento, porque ha dado mucho juego a la hora de construir metáforas y analogías. Por ejemplo, en la tradición grecolatina era visto como un animal ambivalente, al ser poderoso pero también salvaje y sanguinario. Esto explica que se utilizara en la decoración de murallas y palacios a modo de advertencia para los forasteros. De hecho, los únicos que podían vencerlo eran héroes como Hércules.
Grandes guerreros
Al mismo tiempo, en los grandes textos canónicos como La Ilíada, aparece en las comparaciones con grandes guerreros, como para destacar la valentía de Aquiles. En el Antiguo Testamento, los estudiosos han localizado más de 150 menciones al león y, entre otras cosas, representa a Dios o a la nación de Israel. En cambio, en el Nuevo Testamento solo aparece de forma tangencial y no sale en ninguno de los textos evangélicos. En cambio sí se le encuentra en el Apocalipsis donde, según San Juan, una de las bestias del fin del mundo se parecería al león.
Por culpa de un luctuoso episodio, cada 10 de agosto se conmemora el Día del León. Un animal que ahora suele asociarse a la valentía y la nobleza, pero que a lo largo de la historia ha tenido otros significados.
Ahora bien, en la vinculación de este felino con el cristianismo, San Jerónimo tiene un papel clave porque fue el primero que lo utilizó para explicar cómo era la forma de evangelizar de San Marcos, caracterizada por la valentía y la soledad. Al igual que el león ruge solo en el desierto, aquel hombre se predicaba en medio de la nada si era necesario. Esta analogía hace que en muchas obras de arte medieval el evangelista aparezca con un león.
Hay que tener en cuenta que en aquellos tiempos casi nadie había visto uno de verdad y los conocimientos de zoología eran nulos. Esto propiciaba todo tipo de teorías y símiles que hoy en día no entenderíamos y que permitían a los teólogos compararlo incluso con la Santísima Trinidad.
Todo ello propició que el animal fuera ocupando un sitio cada vez