Tres fugas en el Nord Stream 1 y 2 desatan las alarmas de sabotaje
El incidente coincide con la puesta en marcha del gasoducto Baltic Pipe, que conecta Noruega y Polonia a través de Dinamarca
Las autoridades danesas confirmaron ayer tres fugas en los gasoductos Nord Stream 1 y 2 registradas durante las últimas 24 horas. Se trata de dos fugas al noreste y una al sudeste de la isla de Bornholm, situada en el Mar Báltico, entre las costas de Dinamarca,
Alemania y Polonia. Todas las fugas se han localizado en aguas danesas. Previamente, el operador ruso había informado de una pérdida de presión en los dos gasoductos. No se conoce un precedente similar en Nord Stream 1 y 2. El primer gasoducto lleva semanas sin suministrar gas a Europa – oficialmente, por cuestiones técnicas– y el segundo nunca llegó a entrar en funcionamiento por decisión política de Alemania y sus socios occidentales como respuesta a la invasión rusa de Ucrania, a pesar de que la infraestructura estaba lista. El gobierno danés ha establecido una zona de exclusión al tráfico marítimo alrededor de la isla de Bornholm para evitar accidentes, pero aseguraron que la población que habita las costas de los tres países cercanos no corre peligro. En caso de navegar por las
aguas afectadas, los barcos podrían perder su capacidad de propulsión y, en el peor de los casos, llegar a incendiarse.
Polonia apunta a Moscú
A la espera de que las investigaciones lancen más luz sobre el incidente, las autoridades implicadas no excluyen ninguna hipótesis, tampoco la del sabotaje. La primera ministra danesa, Mette Frederisken, afirmó que es poco verosímil que se trate de una casualidad que estas tres fugas lleguen al mismo tiempo. Ni siquiera el Kremlin descarta un sabotaje: «Ahora no excluimos ningún escenario», dijo Dimitri Peskov, portavoz del Gobierno ruso. El Gobierno polaco, por su parte, apunta a una provocación de Moscú. Varios medios alemanes, entre ellos el semanario Der Spiegel y el periódico berlinés Tagesspiegel, aseguraron que círculos de seguridad alemanes y del Gobierno federal parten de la base de que el incidente responde a un sabotaje. Ninguno de los medios cita, sin embargo, las fuentes. El objetivo sería generar inseguridad en el mercado energético europeo y un mayor aumento de los precios. La Agencia Federal de Redes, responsable del mercado energético alemán, no quiso pronunciarse sobre las fugas en el Mar Báltico, pero aseguró que no ponen en peligro el sistema de suministro energético del país.
El incidente coincide que la entrada en funcionamiento del Baltic Pipe, un nuevo gasoducto que suministra gas noruego a Polonia a través de Dinamarca
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