El Gobierno facilita poder cobrar el ingreso mínimo vital y un salario
El Ejecutivo aprueba mejoras en la compatibilidad para incentivar que los receptores del IMV busquen trabajo
El Gobierno aprobó ayer en el Consejo de Ministros cambios en las condiciones de acceso al ingreso mínimo vital (IMV), la renta básica estatal que llega actualmente a medio millón de hogares y cubre a 1,4 millones de personas en España. Las modificaciones mejoran la compatibilidad de esta prestación con un salario, para así incentivar que los receptores del IMV busquen trabajo. Estas entraran en vigor a partir del 1 de enero de 2023 de forma automática, sin que el beneficiario tenga que solicitar nada.
En las próximas semanas la Seguridad Social se ha comprometido a habilitar un simulador online para que los interesados puedan calcular cuánto mejorará su renta disponible con los nuevos incentivos al empleo. Los cambios diseñados desde el ministerio liderado por José Luis Escrivá persiguen eliminar la conocida como trampa de la pobreza. Es decir, que una persona se quede para siempre cobrando esta renta básica, que si bien le da unos mínimos para subsistir no alcanza a permitir un nivel de vida similar al que tienen las personas con trabajo e integradas en el mercado laboral. Escrivá introduce así incentivos para compatibilizar el cobro del ingreso mínimo con un salario, de la siguiente manera: hasta ahora la Seguridad Social restaba del importe de la prestación todos aquellos ingresos que el beneficiario conseguía por vías laborales. Pongamos por ejemplo que una persona está en paro y cobra el ingreso mínimo, que para una persona sola sin cargas familiares asciende a 5.900 euros al año.
Incentivos graduales
Y entonces esa persona se pone a buscar un empleo, acaba encontrando una oferta de un trabajo temporal por un mes y es contratado. Trabaja un mes y cobra 1.000 euros. ¿Qué pasaba hasta ahora con esos ingresos extra? Pues que el Estado le descontaba esos 1.000 euros de los 5.900 euros del ingreso mínimo y el beneficiario pasaba a cobrar lo mismo, 5.900 euros, de los cuales 1.000 euros venían de su contrato temporal y el resto del Estado. Lo que generaba un problema y es que esa persona no tenía incentivos para buscar empleo, ya que si ganaba poco todo lo que ganaba lo dejaba de ingresar de la prestación y le salía más a cuenta no trabajar.
Ahí es donde entran los cambios aprobados ayer en Consejo de Ministros. A partir de ahora los beneficiarios del IMV que encuentren trabajo tendrán incentivos graduales y por cada euro que ingresen de su nueva nómina no lo verán descontando de la prestación. El esquema diseñado por Escrivá plantea que la ayuda sea más intensa al principio y se vaya moderando a medida que el perceptor mejora sus ingresos del trabajo, ya que desde la
Seguridad Social entienden que, a mejor salario, el incentivo es menos necesario.
Los incentivos al empleo se aplicarán durante un año. Entonces la Seguridad Social evaluará si laboralmente el beneficiario ha mejorado. Si es así, aplicará una prórroga de un año más con el fin de animarle a seguir promocionando. Si, por el contrario, se estanca o empeora laboralmente, las facilidades a la compatibilidad serán eliminadas. Para un aumento de los ingresos provenientes del sueldo que llegue hasta el 60% del ingreso mínimo, el incentivo al empleo se aplica al 100%.
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