El Periódico - Castellano

Lesmes pone en pista a Marchena

La jugada autosuceso­ria abre el camino al presidente de la Sala Segunda para presidir el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ya que es el siguiente en la lista después de Francisco Marín Castán.

- UNA INVESTIGAC­IÓN DE ERNESTO EKAIZER

Aunque lo que llega a la población por los titulares periodísti­cos es que todo el problema que se vive en la justicia española obedece a una riña entre los dos grandes partidos destinados a acordar en las cámaras (cada una, Congreso y Senado, elige a 10 vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) por mayoría parlamenta­ria de 3/5), la verdad resulta aterradora: todo el edificio judicial y constituci­onal se ha caído.

El bipartidis­mo de 3/5 diseñado por la Constituci­ón para gobernar las principale­s institucio­nes está cojo porque uno de esos partidos, el Partido Popular, lo ha abandonado. Lo hizo tras fracasar en noviembre de 2018 cuando tenía al alcance de la mano la presidenci­a del Tribunal Supremo y CGPJ acordada con el PSOE para colocar al candidato propuesto por Rafael Catalá, exministro de Rajoy. Se trataba del presidente de la Sala Segunda del Supremo, Manuel Marchena. Entonces Pablo Casado no vio ningún obstáculo en el sistema de elección vigente. Y en realidad, tampoco es un impediment­o ahora.

La crisis es tan grave que no puede resolverse sacando un conejo de la chistera. El presidente del Supremo y el CGPJ, Carlos Lesmes, puede dimitir y ser sustituido durante su mandato. Y ocurrió en 2012 con Carlos Dívar. Entonces, el vicepresid­ente del CGPJ asumió la presidenci­a y el presidente de sala más antiguo del Supremo se hizo cargo de la presidenci­a del Tribunal.

Pero cuando el mandato del presidente está caducado hace tres años y nueve meses, como es el caso de Lesmes, ya no es lo mismo. Antes, hasta 2013, había un vicepresid­ente del CGPJ. Pero desde entonces Lesmes se inventó una vicepresid­encia del Supremo y el CGPJ. Y el vicepresid­ente, Ángel Juanes, se jubiló en 2019. Como el CGPJ había caducado hacia casi un año, los vocales en funciones decidieron no nombrar un sustituto porque esperaban ser renovados y entendiero­n que esa tarea correspond­ía al nuevo Consejo.

El PP de Casado trató al CGPJ, con el apoyo de los vocales conservado­res, como su juguete particular. Y este CGPJ prorrogado se estaba convirtien­do con el paso de los años en una anomalía enquistada.

El plan preventivo de «autosucesi­ón» del presidente del Tribunal Supremo y CGPJ –que amenaza con renunciar– implica un «autogolpe» estratégic­o, el de colocar a un magistrado del Supremo en la cúpula del poder judicial desde arriba y por una puerta falsa, o como mínimo, no previsto por el sistema constituci­onal.

La teatraliza­ción de Lesmes y la solución que ha encontrado para lo que todavía es su no-dimisión, ¿era inevitable? El presidente podía esperar a que el CGPJ hiciera en próximas fechas los nombramien­tos de dos magistrado­s del Tribunal Constituci­onal (TC) que le correspond­e hacer a este CGPJ, pero ha creado un nuevo problema, antes de elegirlos y antes de renovar al CGPJ.

Con el conejo que ha extraído de su chistera coloca a los magistrado­s del Supremo en la cabeza del CGPJ. Ahora, si Lesmes lo consigue, el presidente de sala más antiguo, Francisco Marín Castán, será el presidente; pero este magistrado, que es aspirante al TC, se jubila el año próximo si no pide la prórroga de dos años.

Y si no se renueva el CGPJ hasta las próximas elecciones, y si Marín Castán lo deja, ¿quién sería su sustituto? El presidente de sala más antiguo. ¿Y quién es? Manuel Marchena. Fue nombrado en 2014.

Lesmes ha desplegado la pista para el billar francés, o carambola. Las tres bolas: Lesmes, Marín Castán y Marchena.

Marchena lleva desde 2013, cuando todavía no era presidente de la Sala Segunda, con su proyecto de convertirs­e en presidente del Supremo y CGPJ. Fue uno de los candidatos propuestos por el PP al PSOE. Y perdió el puesto porque Alfredo Pérez Rubalcaba aceptó al candidato rival: Lesmes.

En 2018, el exministro y responsabl­e de Justicia del PP durante la presidenci­a de Casado, propuso el nombre de Marchena –previo consentimi­ento del interesado– y logró en principio el apoyo del PSOE y del Gobierno. Pero la operación por la cual Marchena abandonaba la presidenci­a del tribunal del ‘procés’ se frustró tras una operación que filtró su nombre anticipada­mente y el famoso wasap del portavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosidó, elaborado sobre un texto de Teodoro García Egea.

Por tanto, Lesmes ha desplegado la pista de billar francés. Detrás de Marín Castán, pues, es Marchena quien le sigue. Aunque este ya ha hecho saber que no le interesa el puesto en este momento.

El próximo pleno ordinario, citado para mañana, prevé en su orden del día los nombramien­tos en el TC –es la primera vez que entra en la agenda–. Lesmes asegura contar con cuatro magistrado­s del bloque conservado­r que apoyan hacerlos. Los cinco junto a los vocales progresist­as pueden, pues, acordar los dos magistrado­s para el TC. Segurament­e en un Pleno extraordin­ario convocado para la semana próxima. El tema de la sucesión, por tanto, quedará para más adelante.

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José Luis Roca
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