El alma rusa, Putin y Olga Merino
Leyendo el artículo de Olga Merino La peligrosa huida hacia delante de Putin aparece irremediablemente en mi memoria su reciente libro Cinco inviernos (Alfaguara). Editado en enero de 2022, justo antes del inicio de la guerra de Ucrania, recoge la experiencia vital de Olga Merino como corresponsal de EL PERIÓDICO en Moscú, de 1993 a 1998. De manera afortunada para la editorial Alfaguara, pero al mismo tiempo desgraciada para el mundo, Cinco inviernos cobra actualidad por varias razones. Analiza la cultura rusa, arraigada en la Iglesia ortodoxa; describe, recurriendo a los grandes escritores románticos rusos y a los del siglo XX, ese concepto tan cierto como fundamental: el alma rusa (melancolía y coraje); y señala cómo las decisiones que toma Putin como presidente, desde su elección en 2000, están amparadas por la Constitución de la Federación Rusa de 1993, votada en referéndum. Por ende, también su decisión de invadir Ucrania en febrero de 2022.
En definitiva, la lectura de Cinco inviernos facilita el entendimiento de la guerra de Ucrania, y de manera especial la decisión trágica
(koshmar) de Putin; amparada, sí, en la Constitución, y refugiada de manera perversamente tergiversada en el alma rusa.
Recuerda Olga Merino en su artículo a Yuri, un personaje real de
Cinco inviernos; ya no llamado a filas por razones de edad, pero sí potencialmente su hijo Andrei. Yuri fue compañero de trabajo de Olga Merino en su estancia en Moscú. A él, y también a otro personaje real del momento, Serguei, dedica Olga Merino Cinco inviernos.
Sin decir «yo estuve allí…», Merino describe con humildad y de manera tan objetiva como sensible las vicisitudes por las que atravesó el pueblo ruso en ese lustro. Un pueblo adiestrado para la adversidad. También, entonces, para la invasión de Ucrania.
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