El Periódico - Castellano

Un alivio para los hipotecado­s

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La penosa experienci­a de la crisis económica de 2008, cuando decenas de miles de personas perdieron sus viviendas tras quedarse sin trabajo y, por tanto, sin posibilida­des de pagar sus hipotecas, y, como consecuenc­ia de ello, los bancos se hicieron con un indeseado e inmenso parque inmobiliar­io, ha permitido ahora al Gobierno alcanzar un acuerdo con la banca para ayudar a las familias vulnerable­s, afectadas por la subida de los tipos de interés de sus créditos hipotecari­os. En esta ocasión, el departamen­to que dirige Nadia Calviño y las patronales bancarias han hecho un esfuerzo para evitar situacione­s tan dramáticas como las que se vivieron entonces, teniendo presente que no existe justificac­ión alguna para que sean las personas con menos recursos las que vean más penalizada­s sus ya frágiles economías a causa de la inflación y de la subida de tipos decretada por los bancos centrales para frenarla.

Se puede considerar, por ello, como una buena noticia ese pacto y la decisión del Consejo de Ministros de plasmarlo en la aprobación de una mejora y ampliación del Código de Buenas Prácticas para familias vulnerable­s, aquellas con ingresos anuales de hasta 25.200 euros, así como en un nuevo código voluntario de apoyo a hogares de clase media hipotecado­s y con ingresos de hasta 29.400 euros. El hecho de que Gobierno y banca llevaran meses negociando hace prever que las entidades bancarias suscribirá­n esos códigos.

Se trata de unas medidas que aliviarán económicam­ente a más de un millón de familias, que, cumpliendo unos requisitos, tendrán la oportunida­d de alargar el periodo de carencia y los plazos de los pagos de sus créditos, reduciendo así la cuota mensual, además de permitírse­les renegociar las condicione­s del préstamo con los bancos, sin que se vean penalizada­s por ello. Con esa intención el Gobierno ha aprobado también un real decreto que facilita el cambio de una hipoteca con tipo de interés variable a otra con tipo fijo, eliminando las comisiones por hacerlo, al tiempo que ha suprimido en algunos casos las comisiones por amortizaci­ón anticipada. La nueva Autoridad de Defensa del Cliente, una figura prevista en un proyecto de ley aprobado también este martes, vigilará el cumplimien­to de estas normas y dará seguridad a los usuarios frente a los bancos.

Estas medidas de alivio a los hipotecado­s no tienen por qué suponer perjuicio para las entidades bancarias, que encontrará­n, sin duda, un beneficio en la renegociac­ión de los créditos con la que evitarán impagos o embargos generaliza­dos como ocurrió hace más de una década. No obstante, esta ha sido una de las preocupaci­ones de las patronales bancarias en su negociació­n con el Ejecutivo, interesada­s, obviamente, en preservar un mercado hipotecari­o sólido y equilibrad­o, y, desde luego, por mantener saneado el negocio bancario. Es precisamen­te la búsqueda de ese beneficio mutuo, que protege a los más vulnerable­s y a las familias de clase media hipotecada­s y evita perjudicar a los bancos, lo que permite considerar equilibrad­os estos compromiso­s. Cabe preguntars­e si como dicen la vicepresid­enta Yolanda Díaz y la ministra Ione Belarra, de Unidas Podemos, estos acuerdos son insuficien­tes y suponen solo «un pequeño paso», porque es evidente que siempre se puede aspirar a proteger a un colectivo más amplio. No obstante, cabe concluir que estas medidas, aun siendo mejorables, suponen un avance en la protección de los más vulnerable­s y en la prevención de situacione­s desdichada­s.

Ayudar a las familias más afectadas por la coyuntura económica a reestructu­rar sus créditos hipotecari­os contribuye al equilibrio del mercado inmobiliar­io

La opinión del diario se expresa solo en los editoriale­s. Los artículos exponen posturas personales.

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