El Periódico - Castellano

Cinco canciones fundamenta­les más allá de ‘Yolanda’

Pablo Milanés fue un músico fecundo, que deja más de 300 piezas publicadas en un centenar de discos, en solitario o en compañía de otros artistas.

- RAFAEL TAPOUNET

Hay algo abusivo en el modo en que Yolanda, con su eterna belleza, parece haber monopoliza­do el legado del desapareci­do Pablo Milanés, un artista fecundo con más de 300 canciones esparcidas por casi un centenar de discos, en solitario o en colaboraci­ón con otros artistas. Reducir la obra del músico cubano más allá de Yolanda a solo cinco títulos sigue siendo un reduccioni­smo injusto, pero valga esta selección como puerta de entrada a una trayectori­a que merece ser explorada con más amplitud y detalle.

‘YO PISARÉ LAS CALLES NUEVAMENTE’.

El corazón revolucion­ario de la Nueva Trova Cubana late con fuerza en esta conmovedor­a canción que Milanés compuso pocos minutos después de conocer la noticia de la muerte del dirigente comunista chileno Miguel Enríquez a manos del aparato represor pinochetis­ta, el 5 de octubre de 1974. «Yo pisaré las calles nuevamente/ de lo que fue Santiago ensangrent­ada/ y en una hermosa plaza liberada/ me detendré a llorar por los ausentes».

‘POBRE DEL CANTOR’.

Una de las más destacadas piezas de la primera y más politizada etapa de su carrera es esta diatriba en la que sin pelos en la lengua apunta hacia los cantautore­s que no abrazaban en sus letras la causa revolucion­aria. «Pobre del cantor de nuestros días/ que no arriesgue su cuerda por no arriesgar su vida». Con los años, moderó su postura y la canción perdió presencia en sus directos.

‘YO NO TE PIDO’.

En algunas antologías, la letra de esta canción aparece erróneamen­te atribuida a Mario Benedetti, lo que da prueba de su altura poética, honda expresión de un sentimient­o amoroso desinteres­ado y exigente al mismo tiempo. Desde que vio la luz en 1978 en el elepé Pablo Milanés, se convirtió en una referencia indispensa­ble en los recitales del cantautor de Bayamo y ha sido interpreta­da por numerosos artistas, de Miguel Ríos a Haydée Milanés, hija del trovero.

‘EL BREVE ESPACIO EN QUE NO ESTÁS’.

Una evocadora introducci­ón de violín y piano da paso a uno de los números más conocidos y versionado­s de su autor. Tal vez la letra de este retrato de una pasión sin compromiso­s, sin ataduras y sin futuro («suele ser violenta y tierna/ no habla de uniones eternas/ mas se entrega cual si hubiera/ solo un día para amar») vuela algo más bajo que las de otras piezas de Milanés, pero en conjunción con la música logra un efecto devastador.

‘LA FELICIDAD’.

«Te he visto pasando del brazo de un hombre/ que de cierto modo podría ser yo». Milanés fue un maestro de la canción amorosa pero brilló aún más a la hora de retratar el desamor. Esta es probableme­nte su composició­n más destacada en ese doloroso subgénero, que él trasciende con elegancia al transmitir el dolor de la pérdida sin caer en el victimismo o el lloriqueo. Melancolía hecha canción para atravesar el corazón del oyente.

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Gerardo Magallón / AFP Pablo Milanés, durante un concierto en México en 1988.
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