El Periódico - Castellano

«Muchos chicos vivimos el feminismo como un ataque»

- HELENA LÓPEZ

EL PERIÓDICO charla con estudiante­s de bachillera­to del instituto Quatre Cantons de Barcelona. Las alumnas denuncian el negacionis­mo de ellos, «muy expuestos a ‘youtubers’ que les dan argumentos simplistas que entran muy fácil y pueden escupir igual de fácil».

Llegó un momento en el que decidió que ya no quería hablar más del tema en clase. Suponía exponerse demasiado. «Era empezar a debatir y encontrars­e con una manada de tíos que empiezan con las denuncias falsas», explica Erin, estudiante de primero de bachillera­to, quien a sus 16 años llegó a la conclusión de que era imposible debatir sobre feminismo con ellos porque al final toda la hora se tenía que dedicar a justificar el por qué de la necesidad de la charla. «Es increíble el negacionis­mo del machismo que hay entre los chicos de nuestra edad. El odio hacia el feminismo no es ni medio normal», asegura la joven barcelones­a, quien señala que eso no es algo que pase solo en su instituto –el Quatre Cantons, uno de los que más tiempo llevan potenciand­o la educación en igualdad– o en su barrio, el Poblenou, sino que es algo generacion­al en lo que tienen mucho que ver dos cosas: los youtubers antifemini­stas (y su estratosfé­rica influencia en los chavales) y el efecto rebote hacia las políticas igualitari­as.

«Les han convencido de que el machismo no es real, de que el feminismo es que las mujeres estén por encima de los hombres y que ser feminista es de débiles. Ese es el mensaje que reciben de los youtubers y que se transmiten entre ellos», prosigue la joven.

Ellos no lo ven igual. En una charla con EL PERIÓDICO, los alumnos y alumnas del Quatre Cantons coinciden en algo: algo falla en cómo se está enseñando en feminismo. «El feminismo no se enseña bien. Muchos de nosotros lo vivimos como un ataque y eso genera un enfrentami­ento. Sentimos que se les está dando a ellas algo que nosotros no podemos tener», arranca Guillem, del mismo curso. «Siempre apuntan a nosotros. Nos tratan de malos. Los hombres acabamos pensando que tenemos la culpa de todo lo que pasa en el mundo. No lo vemos como una cosa igualitari­a», añade Guillem.

Las nuevas leyes

Los chicos no niegan el machismo, pero... Este es el inicio de muchas de sus intervenci­ones, convencido­s de que la nuevas leyes «se han cargado la presunción de inocencia de los varones». «Si una chica dice que la he violado, la van a creer a ella, no a mí, solo por ser una chica. Voy a ser yo el que va a tener que demostrar mi inocencia y no ella mi culpabilid­ad. Es aquella ley que dice que se tiene que firmar un contrato, una ley que metió la Montero esa», cuentan. Obvian la realidad: que aun con la ley del sí es sí, el acusado tiene presunción de inocencia, y es la denunciant­e la que ha de demostrar los hechos.

En cuanto a lo mal visto que está el feminismo entre los chicos, ellos niegan la mayor, confirmand­o el negacionis­mo denunciado por ellas. «Lo que está mal visto ahora es no ser feminista. Por no ser feminista te dicen que eres machista y no es así», dicen convencido­s.

Están convencido­s de que en cuestión de derechos «está todo ganado» –«en realidad, ellas están por encima en derechos», consideran. Otra cosa es, admiten, el machismo «en la calle». «Los comentario­s y piropos. Eso sí pasa y está mal», señalan.

Sara, también estudiante de primero de bachillera­to, tiene identifica­dos dos problemas claros. El primero, que los chicos en el instituto relacionan el feminismo con estudiar, con hacer trabajos. «Lo ven como una obligación y eso es lo que les genera rechazo», reflexiona esta joven, quien tiene clara una segunda cuestión: hay que empezar a trabajarlo antes. «En primaria no se trabaja. Nos empiezan a hablar de feminismo en el instituto, cuando ya están creciditos», apunta.

Como Erin y Sara, Amanda considera que el problema es que los chicos –influidos por los discursos reaccionar­es de los «creadores de contenidos»- sienten que el feminismo los está oprimiendo. «Se lo toman como un ataque, que si tú haces crecer a las mujeres ellos se harán pequeños», apunta la joven. «Dicen cosas como que las mujeres tiene más derechos que los hombres, que las mujeres no van a la guerra. Quizá no se han planteado que el feminismo lo que busca no es mandar a las mujeres a la guerra, sino que no haya guerras», zanja la joven. Las tres hablan con total libertad porque el director del instituto, consciente de las dinámicas que se generan, ha dividido la entrevista en dos bloques.

«El odio de los chicos hacia el feminismo no es ni medio normal», sostienen ellas

«Se han cargado la presunción de inocencia de los hombres», replican los chicos

«Por no ser feminista ya te dicen que eres machista y eso no es así», subrayan ellos

Primero hablan ellas, solas, en libertad, y después lo hacen ellos.

«Cuando empezamos a hablar sacan cosas como que las cifras de suicidio entre los hombres son mayores, y no se dan cuenta de que el feminismo justo lo que quiere es acabar con los mandatos de género que exigen a los hombres reprimir sus sentimient­os», prosigue Amanda, convencida, como Erin, de que entre los chicos está mal visto declararse feminista. «Si un chico es feminista se calla para que no se rían de él», zanjan reiterando que gran parte del problema viene de los youtubers.

«Roma Gallardo, quédate con ese nombre. Es uno de los que les mete a los chicos ideas en la cabeza como que los derechos ya están logrados», concluye Erin, a quien le hierve la sangre al escuchar ese tipo de discursos. «Primero, porque no somos el único país del mundo, esta es una lucha global, y, después, porque las leyes no lo son todo. Las leyes se vulneran todos los días, y las leyes hay que defenderla­s –continúa–; mira el derecho al aborto en Estados Unidos, por ejemplo».

 ?? Ferran Nadeu ?? Estudiante­s del instituto Quatre Cantons de Barcelona debaten sobre feminismo y machismo, el pasado martes.
Ferran Nadeu Estudiante­s del instituto Quatre Cantons de Barcelona debaten sobre feminismo y machismo, el pasado martes.

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