El Parlamento francés aprueba blindar el aborto en la Constitución
La iniciativa debe ser ratificada aún en un Senado dominado por Los Republicanos, un partido que la considera innecesaria
Un derecho fundamental para las mujeres reforzado gracias al valor constitucional. La Asamblea Nacional votó ayer a favor de introducir el derecho al aborto en la
Constitución de Francia. Los diputados debatieron y apoyaron una propuesta de ley de la oposición de izquierdas que pide incluir en la carta magna que «nadie pueda vulnerar el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo y la contracepción». Un total de 337 diputados –el umbral de la mayoría absoluta está en 289– votaron a favor y solo 32 en contra de esta propuesta de ley, que deberá superar ahora el obstáculo del Senado, con una mayoría conservadora.
«Nada está siempre garantizado. Es suficiente con una crisis política, económica o religiosa para
que se cuestionen los derechos de las mujeres», aseguró parafraseando a Simone de Beauvoir la ponente de esta ley, la diputada de la izquierda insumisa Mathilde Panot, que forma parte de la coalición progresista NUPES –compuesta por la Francia Insumisa, el Partido Socialista, los verdes y los comunistas–.
El precedente de EEUU
«Ante cada sobresalto reaccionario, los derechos de las mujeres están en primera línea», advirtió Panot. Esta propuesta legislativa fue debatida en el marco de un «nicho parlamentario» –momento en que la oposición puede someter a votación leyes– de la Francia Insumisa (afines a Podemos). Además de la inclusión del aborto en la Constitución, ayer también debía
examinarse en la Asamblea otra mediática proposición de ley: la prohibición de las corridas de toros en todo el territorio francés. Sin embargo, dado el elevado número de enmiendas presentadas por la oposición contra este texto (más de 500), el grupo de la izquierda insumisa anunció la retiraba de la agenda. No hubiera habido tiempo de votarlo antes de medianoche, el plazo máximo que disponen los insumisos para someter a votación sus leyes.
El hecho de dar un valor constitucional al aborto era una medida muy debatida en la política francesa desde la decisión en junio del Tribunal Supremo de Estados Unidos, que abrió a la puerta a que estados federales prohibiesen la interrupción voluntaria del embarazo.
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